¿Para qué sirve una monja de clausura en pleno siglo XXI?

El 5 de abril de 2018 fallecía en el Carmelo de San Calixto la hermana Belén de la Cruz a la joven edad de 33 años, víctima de un cáncer ovárico diagnosticado nueve meses antes. En el libro, basado en su 'carta de edificación', se relata la vida y las virtudes de la monja a través de escritos, cartas y notas a hermanas, amigos y familiares. Un texto variado que, además, sirve para conocer integralmente la profundidad espiritual que procesa, como fiel reflejo de lo que significa el catolicismo español.

Belén ingresó en este Carmelo el 1 de octubre de 2005, cuando tenía tan sólo 21 años, tras un profundo proceso vocacional que se recoge en las páginas de esta obra. «No era un bicho raro, como puede creer la gente que son las monjas de clausura. Jugaba al golf -de hecho ganó campeonatos-, al pádel y al fútbol, y le encantaba conducir», recuerda su padre a ABC. En 2015 fue nombrada Maestra de Novicias y Madre Supriora de la comunidad, pese a ser la monja más joven del convento de clausura.

'Belén Carmelita Descalza. Nuestra hija' se presenta como «un relato íntimo de proyección religiosa y vocacional sobre la persona y espiritualidad de una monja de clausura, de una carmelita descalza del siglo XXI, que invita a descubrir y conocer de primera mano qué es y qué representa la vocación religiosa en la sociedad actual», asevera Estanislao Pery.

«Cuando hablas con una monja de clausura de tus problemas del día a día, te desarma, te quita todos los prejuicios e influencias del mundo exterior y todo lo que parece inmenso, se queda en nada. Su mundo de silencio y oración en comparación al nuestro, inmerso de ruido de trabajos e información, te modifica la escala de valores», opina su padre.

El convento de carmelitas descalzas de la Virgen de la Sierra, situando en plena Sierra Morena, en la aldea de San Calixto (Hornachuelos, Córdoba), fue fundado en 1956 por santa Maravillas de Jesús, la santa Teresa del siglo XX, en el mismo lugar donde hasta la desamortización de Mendizábal estuvo el famoso monasterio del Tardón, de la Orden de San Basilio.