«El seguro no cubre los gastos»: cinco meses en estado vegetativo en Suiza por una presunta negligencia médica
El burrianense Kiko Aparicio se sometió a una operación de muela por una infección en la que sufrió daños cerebrales por la falta de oxígeno en el cerebro
Investigan como negligencia la muerte por peritonitis de una niña valenciana que acudió tres veces al médico
Imagen de archivo de Kiko Aparicio en un hospital de Suiza
Ya son cinco meses el tiempo que ha transcurrido desde que Kiko Aparicio, un español de 50 años afincado en Suiza desde hace más de una década, sufriera unas complicaciones durante una operación quirúrgica que le han condenado a un estado vegetativo que podría ... ser irreversible. Su familia, desesperada y con el ánimo de traerlo de vuelta a su Burriana natal, pide ayuda y que se investigue si pudo haber negligencia médica por parte de los sanitarios que le atendieron.
«Todavía tenemos esperanza en su recuperación», mantienen sus allegados en el país helvético, a donde emigró Kiko en 2012 para emprender una nueva actividad empresarial. Según relata la familia, trabajaba en una obra, donde tuvo un accidente laboral en el que rompió tibia y peroné.
Por este incidente, fue operado hasta en dos ocasiones pero las complicaciones no tardaron en aparecer. Uno de esos problemas, relata la familia, fue una inflamación en la cara a causa de una muela infectada, por la que le recomendaron pasar por quirófano otra vez.
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«Una sencilla intervención médica», le convencieron. Así, el 15 de diciembre de 2022 acudió al Hospital Universitario de Zúrich, donde permanece encamado hasta el día de hoy. «Le dieron la posibilidad de administrarle anestesia local y la prefirió antes que la local», subrayan.
La operación, sostiene la familia, «tuvo muchas complicaciones». Kiko sufrió hipoxia debido a una respuesta inflamatoria posquirúrgica tras la intervención. Por ello, se le practicó una traqueotomía «con retraso», lo que le llevó a una parada cardiaca y finalmente al coma. Había entrado en estado completamente vegetativo debido al daño cerebral sufrido como consecuencia de una falta masiva de oxígeno en el cerebro (encefalopatía hipóxico-isquémica).
Tras varios procedimientos, abrió los ojos, pero los exámenes complementarios mostraron que su cerebro había quedado gravemente afectado (ausencia total de reacción a los estímulos, de movimiento y de capacidad de contacto). «Su pronóstico es muy malo según los médicos especialistas», relata su amigo Octavian Beniamin Streulea, quien cuenta la historia de Kiko a través de la web Gofundme, donde ha abierto un crowfunding para pedir ayuda en el regreso del ingresado a España.
El burrianense de 50 años fue trasladado poco después al «Stadtspital Zürich Triemli» para comenzar la rehabilitación neurológica. Después, pasó por la clínica de rehabilitación «Rehaklinik Bellikon» y lo llevaron de nuevo al primer hospital.
Sin progresos en su recuperación
«Después de todos estos meses de terapias y rehabilitación (fisioterapia, ergoterapia, terapia de disfagia), y según los últimos resultados, no hay progresos en el paciente», explica Octavian.
Durante estos meses, advierten de que ha sufrido múltiples enfermedades a causa de su estado vegetativo: neumotórax (acumulación anormal de aire en el espacio pleural entre el pulmón y la pared torácica), infección, embolia pulmonar, infección bacteriana (pseudomonas aeruginosa) y neumonía de repetición.
Imagen de archivo de Kiko en un hospital de Suiza
«Queremos seguir con la rehabilitación y los tratamientos adicionales, ya que aún tenemos esperanzas de que se recupere», detallan sus familiares. «Por desgracia -apuntan- el seguro no cubre todos los gatos». Además, claman contra las dificultades y el exceso de tiempo y recursos que supone iniciar el proceso de obtención del certificado de incapacidad permanente para Kiko.
La campaña iniciada por sus amigos para traerle de vuelta a España y que continúe su recuperación en Burriana (Castellón) pretende recaudar 50.000 euros. No obstante, les queda mucho por recorrer, pues a 31 de mayo han recibido donaciones por valor de 8.300 euros, dinero con el cual han podido pagar diferentes facturas hospitalarias en un país donde la sanidad es privada y donde el seguro médico del paciente no cubre la mayoría de las intervenciones.
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