A la llegada de los agentes, la encontraron llorando en un banco a la vez que lanzaba frases incoherentes como: «Tengo depresión, no os voy a contar nada porque ya me habéis enviado a prisión, donde me violaron varios hombres».
Debido a su estado, los agentes trataron de relajarla, momento en el que sin mediar palabra propinó una patada a uno de ellos. Pese a lo sucedido, intentaron tranquilizarla, pero siguió con su estado de nerviosismo hasta que propinó un fuerte puñetazo en el pecho a uno de los agentes.
La mujer fue reducida y detenida y posteriormente trasladada a dependencias policiales. Durante el traslado, amenazó e insultó a los policías como frases como: «Hijos de puta, ojalá os maten, nos vamos a ver fuera de aquí».
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