Malestar ante la persistencia de la Confederación Hidrográfica del Júcar en renaturalizar el cauce del Turia tras la dana

A la redacción del mismo el organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica va a destinar 287.463 euros, según el contrato adjudicado a una empresa por concurso en septiembre y formalizado pocos días después de la catastrófica riada. El consistorio liderado por la popular María José Catalá entiende como «un insulto» que se siga adelante con los planes anteriores a la barrancadas y no se prioricen otras obras que mejoren la seguridad de la ciudad y sus pedanías ante grandes avenidas de agua.

El nuevo cauce, construido tras la riada que inundó la capital del Turia en 1957, fue clave para evitar que la tragedia del pasado 29 de octubre fuera a más. Se diseño para ser capaz de evacuar 5.000 metros cúbicos por segundo y desagüo dos puntas de 2.000 durante aquellas horas críticas, dejando una imagen poco habitual al tratarse de un lecho que normalmente está seco. La idea de la renaturalización, que viene de años atrás, afectará a sus últimos doce kilómetros, en el sur del término municipal de Valencia, pero también en parte del de las localidades de Quart de Poblet, Mislata y Xirivella.

Fuentes de la CHJ explican a ABC que el proceso «sigue adelante para evaluar su viabilidad y su posible, o no, conveniencia en el futuro», dando que forma parte del Plan Hidrológico del Júcar del periodo 2023-2027.

Según la memoria justificativa, el objetivo es conectar el cauce con el Parque Natural del Turia y el Mar Mediterráneo y dotarlo de «todas las funciones ecológicas presentes en su último tramo, aguas arriba de la desembocadura, existentes antes» de que se desviara el río que antaño cruzaba la ciudad.

Para ello, apunta el documento, «se garantizará un caudal mínimo de agua permanente que permita mantener los diferentes ecosistemas existentes en los cursos fluviales de las cuencas mediterráneas, y que además permita el libre paso de las especies y la distribución natural de sedimentos y biota». Se pretende así «compatibilizar el establecimiento de ecosistemas tanto para la flora y fauna terrestres propias de la biodiversidad del Parque Natural del Turia, así como de la ictiofauna propia presente en el río».

El actual proyecto, que no contempla ningún uso social, fue la respuesta de la Confederación Hidrográfica del Júcar al planteado en 2018 por el entonces alcalde de Valencia Joan Ribó, cuya iniciativa incluía sendas peatonales o ciclistas e incluso zonas de juego.

El portavoz del gobierno de PP y Vox en la ciudad, Juan Carlos Caballero, ha lamentado este viernes que «con las obras pendientes y necesarias que tiene que hacer en los barrancos», la Confederación se centre «en cosas que a los valencianos no nos preocupan». «Gastar dinero», ha sostenido, en «renaturalizar para que lleguen las anguilas al nuevo cauce me parece insultante». «Por encima de las anguilas, está la vida de las personas», afirmó. La propia alcaldesa, María José Catalá, ya se había pronunciado este jueves «en contra» de avanzar en ese proyecto. «No sabemos a qué están», aseveró.

Además de esta intervención, el 'Plan de actuación de la Conferencia Hidrográfica del Júcar' para el año 2025, contempla obras de emergencia para reparar las infraestructuras dañadas por la dana con un importe total estima de 176,6 millones de euros.

Sin embargo, como viene reprochando la Generalitat Valenciana, el documento consultado por ABC no hace alusión a la construcción de grandes estructuras pendientes para evitar lo ocurrido. En el apartado de actuaciones para reducir riesgos se alude, de forma genérica, a un «Planteamiento integral de la solución a la inundabilidad de l'Horta Sud» -la zona cero- y a un «Estudio de la inundabilidad del rio Magro».