El jurado popular declara a 'El Tuvi' culpable de asesinar a Wafaa Sebbah tras violarla y torturarla

Así se desprende del veredicto del jurado emitido este martes, un día después de que la magistrada presidenta del tribunal le entregara el objeto de lo que debían dilucidar para determinar la responsabilidad de El Tuvi en este crimen a partir de más de 30 preguntas. El acusado ha escuchado el veredicto con la cabeza agachada del todo.

El jurado -compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres- no ha apreciado las atenuantes de trastorno mental, consumo de alcohol y drogas que reclamaba la defensa, que ejerce el letrado Vicente Benavent. Además, ha pedido que no se le apliquen a El Tuvi ni beneficios ni el indulto.

El Tuvi se enfrenta ahora, como solicitan Fiscalía y acusaciones particulares -los letrados Juan Carlos Navarro, Jesús Ruiz e Isabel Carricondo- a una pena de prisión permanente revisable por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento y otros ocho años de cárcel por un delito contra la libertad sexual con las agravantes de género y discriminación racial. Además, solicitan una indemnización de 230.000 euros para los padres de la víctima y de 87.000 euros para los hermanos.

Por contra, la defensa reclamaba cinco años de prisión por un delito de homicidio con las circunstancias atenuantes de trastorno mental, consumo de alcohol y drogas, arrepentimiento y confesión. Se ha mostrado disconforme con el veredicto y ha afirmado que se reserva la apelación ante el Tribunal Supremo. Primero será la Audiencia la que fije la pena correspondiente.

Tras la lectura del veredicto y una vez dejado el caso visto para sentencia, uno de los hermanos de Wafaa ha gritado a El Tuvi: «¡Ójala te pudras en la cárcel, asesino!». El resto de familiares también han dirigido diferentes expresiones a David. La madre de la víctima ha dado las gracias al jurado y ha exclamado: «¡Ahora por fin podrás descansar, hija mía!».

El jurado -muy minucioso con el veredicto, puesto que ha llegado a matizar dos de las preguntas formuladas para aclarar que la casa en la que ocurrieron los hechos ya no era propiedad de la familia de El Tuvi y ha corregido la matrícula de su vehículo- ha dado por probado, por unanimidad, el asesinato con ensañamiento y alevosía, el delito contra la libertad sexual de la víctima, la dominación machista y el odio por su raza, de origen argelino.

El jurado ha declarado probado El Tuvi, de 29 años, y la víctima, de 19, eran amigos y quedaban en ocasiones, generalmente con un grupo de amigos, para salir y realizar actividades de ocio en común. En un momento determinado, David «desarrolló interés» por Wafaa y le realizó diferentes proposiciones sexuales, aunque siempre fue rechazado. Como consecuencia, El Tuvi le enviaba mensajes de contenido despectivo, con desprecio hacia la identidad racial de Wafaa y su condición de mujer: «Tú y todos los moros»; «Vacila a tu puta madre»; o «Y la mora al río».

El 17 de noviembre, David recogió a Wafaa en Carcaixent, cerca de su domicilio, y ambos se trasladaron a una de las dos fincas propiedad de la familia del joven, aislada y situada lejos del núcleo urbano.

David, ese día, «con intención de mantener con Wafaa algún tipo de conducta sexual» -tal y como ha dado por probado el jurado-, le quitó los pantalones, la camiseta y las bragas y le rompió el sujetador. Seguidamente, le disparó hasta en siete ocasiones con una pistola de balines con el ánimo de causarle dolor y un sufrimiento innecesario.

Además, le apuñaló hasta en tres ocasiones, una de ellas al menos en la espalda con un arma blanca corto-punzante que no ha sido hallada. Y con la finalidad de impedir la resistencia de la víctima y que pudiera defenderse, le ató sus muñecas y antebrazos por delante del cuerpo con cinta americana de precinto de color marrón. La finalidad era, según el jurado, «causarle a Wafaa humillación y un sufrimiento innecesario, lento y continuado».

Luego, para ocultar sus hechos, cogió cinta adhesiva americana de precinto y le envolvió el cráneo a Wafaa, con oclusión total, con lo que resultaba imposible que pudiera ni ver ni respirar. Seguidamente, trasladó a la víctima, «con la finalidad de facilitar su impunidad, a una vivienda familiar ubicada en Carcaixent, le ató al tobillo derecho una cuerda trenzada y, como lastre, una azada, y la arrojó a un pozo de 16 metros de longitud.

Wafaa murió como consecuencia de la asfixia mecánica por oclusión completa de vías superiores que le ocasionó una insuficiencia respiratoria aguda. No se descarta que la causa de la muerte tuviera como concausa una afectación visceral y/o de vasos sanguíneos derivada de las heridas por arma blanca.

El cuerpo, en fase avanzada de putrefacción, fue localizado sobre las 17 horas del día 17 de junio de 2021 en la finca de Carcaixent. El cadáver portaba una chaqueta negra, un sujetador seccionado y no llevaba ropa íntima, ni camiseta, ni pantalón ni zapatillas. Estas prendas estaban separadas de los restos del cuerpo en el interior del pozo, menos la camiseta.

Todos estos hechos, concluye el jurado, los llevó a cabo David «como expresión de su superioridad y dominación sobre la mujer, y al permitirle experimentar, al llevarlos a cabo, sensaciones de poder y control sobre Wafaa, tratándola como un mero objeto y movido igualmente por el desprecio hacia la identidad racial».

El Tuvi ha sido condenado este mismo año a tres años de cárcel por intentar estrangular a una expareja suya en 2020 y a otros 10 meses de cárcel por quebrantar la orden de alejamiento que tenía contra ella. Por otro lado, está siendo asimismo investigado en otra causa judicial por el asesinato de Isabell Elena Raducanu, una mujer embarazada de seis, en la localidad valenciana de Xàtiva, crimen que tuvo lugar unos meses antes del fallecimiento de Wafaa, en junio de 2019.

En declaraciones a los medios de comunicación tras la lectura del veredicto, la madre de la joven asesinada ha indicado: «Ahora voy a descansar un poco yo, de verdad. Y mi hija Wafaa también». Y ha añadido: «Confío en la justicia y confío en todos. Sí que hay justicia, aquí sí hay justicia». «Que se pudra en la cárcel», ha concluido.

Por su parte, Juan Carlos Navarro, abogado particular en el procedimiento junto a otros dos compañeros, Jesús Ruiz e Isabel Carricondo, ha manifestado a los medios que es «curioso» el veredicto tan unánime: «Todo era 9-0, 9-0, 9-0. Lo tenía muy claro el tribunal. Han aceptado todas las peticiones que hicimos», ha dicho.

Al respecto, ha subrayado que el jurado ha aceptado el asesinato, el ensañamiento, la alevosía y «la actuación chula con la que -David- actuaba frente a las mujeres», ha apostillado. «Han recogido los malos tratos y todo lo que hemos planteado», ha insistido.

Preguntado por si ahora se decretará la prisión permanente, el abogado ha respondido que será casi seguro al 99,99% pero «siempre hay margen de error», ha dicho muy cauto. Sobre las atenuantes alegadas por la defensa, el letrado ha resaltado que también se han rechazado. «Eran una puesta en escena», ha dicho.

Interpelado por si es el mejor escenario que esperaban, ha señalado: «Hasta el rabo todo es toro, utilizando refranes como la hacía la defensa. Siempre hay alguna duda pero nuestro trabajo ha sido para obtener esa unanimidad y creo que lo hemos conseguido. Ahí está», ha subrayado.

Por su parte, Jesús Ruiz ha agradecido el trabajo de sus dos compañeros y se ha referido a los padres de Wafaa para afirmar que han conseguido que se haga justicia después de cinco largos años. «Eso no les va a devolver a su hija pero, por lo menos, tienen la tranquilidad de que van a tener a esta persona en prisión y va a cumplir una pena. Va a ser el colofón de todo esto. Esperemos que esto no le vuelva a ocurrir a nadie más», ha indicado.

«Estoy -ha añadido- muy emocionado el día de hoy porque para mí también hay una carga emocional importante. Quiero mucho a esta familia y me alegro por todo lo que ha pasado, como ha sucedido», ha concluido.

Por su parte, Carricondo únicamente ha querido hacer una manifestación: «Lo único que voy a decir es que cuando no se respeta a una mujer en este país, se acaba en el banquillo. No tengo nada más que decir».