Juanma Badenas: «Los valencianos no se merecen que PP y Vox antepongamos cuestiones del pasado al futuro»

El candidato de la formación de Santiago Abascal a la Alcaldía de Valencia apuesta por eliminar el grupo Gama de la Policía Local y asume que la ciudad se convertirá en una capital de comarca si sigue gobernando la izquierda

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El candidato de Vox a la Alcaldía de Valencia, Juanma Badenas, posa para ABC con la Marina de fondo ROBER SOLSONA

Juanma Badenas (Valencia, 1965) afronta los últimos coletazos de una campaña electoral «emocionante y divertida», aunque «estresante» en algunos momentos. «Lo único imprescindible es dormir seis horas», señala. Algo complicado tras la excitación mental que genera un debate televisado como el que vivió la ... noche anterior a esta entrevista con ABC. El empate entre bloques que vaticinan las encuestas le anima a intensificar su mensaje para conseguir desbancar a Compromís y PSPV del poder municipal el próximo domingo.

El candidato de Vox a la Alcaldía de Valencia adorna sus muñecas con distintas pulseras que le han ido regalando amigos y conocidos. Aunque regresó a la política activa hace apenas unos meses, este catedrático de Derecho Civil y magistrado ya ocupó puestos de gestión en gobiernos del PP, pues fue director general de la Agencia Valenciana de Evaluación y Prospectiva.

En una conversación con la Marina de Valencia como telón de fondo, Badenas repasa sus principales líneas de actuación si llega al Gobierno local, expone su visión de la ciudad, habla sobre su relación con María José Catalá y sobre la posibilidad de acuerdos con los populares tras los comicios del 28 de mayo.

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—¿Quién le convenció y por qué acepto la propuesta de ser alcaldable?

—Ignacio Gil Lázaro me propuso tirarme a la piscina con Vox, tras hablarlo con el Comité Nacional y con Santiago Abascal, pero no me dijo a cuál. Cuando acepté, me ofreció ser el candidato en Valencia. Llevo más de treinta años explicando el sistema jurídico español y hace ya como cinco o seis, me di cuenta de que enseñaba una cosa en clase, pero la realidad se estaba convirtiendo en otra diferente. Se está produciendo una degradación del sistema constitucional tan grave que hace falta tomar cartas en el asunto. Empecé dando mi opinión en medios de comunicación y escribí dos libros sobre porqué el mundo político se mueve como se mueve y el sector de la derecha se está viendo perjudicado por las reglas del juego de las últimas dos o tres décadas. Pero eso no bastaba.

Modelo de ciudad

«Si no cambian las cosas, Valencia pasará a ser un extrarradio de Cataluña»

Siempre me había visto más como una persona de pensamiento que de acción. Me gusta hacer prospectiva, me gusta ver hacia dónde van las cosas analizándolas con datos técnicos o de situación. La prospectiva es una ciencia que consiste en que, conociendo el pasado, puedes elaborar los escenarios posibles, probables y deseables para trazar proyecciones. He estado viendo cuál es la proyección a la que vamos y, si no hacemos nada para que todo cambie, no vamos a ir al escenario deseable. Vamos a uno de los probables, pero no es muy bueno para España. Por eso hay que pasar a la acción.

—¿Y cual sería, según usted, ese escenario para Valencia?

—Si no cambian las cosas, Valencia dejará de ser una ciudad valenciana para ser un extrarradio de Cataluña. Dejará de ser la tercera capital de España desde el punto de vista económico y pasará a ser una ciudad de segunda categoría nacional. Dejará de ser una ciudad bonita y pasará a ser una capital de comarca. El tejido económico también se iría desagradando poco a poco y pasaríamos a ser un elemento totalmente prescindible o secundario tanto en España, como en el mundo. La prospectiva no es muy halagüeña.

El candidato de Vox a la Alcaldía de Valencia, Juanma Badenas, durante la entrevista ROBER SOLSONA

—Sin embargo, Vox se presenta con el mismo programa en todos los municipios. ¿Cada uno no tiene sus propias necesidades?

—Claro que las tienen y las conocemos. No es lo mismo Valladolid o Palencia, que Valencia. Pero hay una serie de circunstancias que son comunes porque tienen que ver con el contexto general, como la degradación de los barrios, la desaparición del pequeño comercio o la seguridad. Si se aprueba una ley de vivienda que favorece la ocupación, tenemos el mismo problema en toda España. Lo mismo si tenemos una desmesurada voracidad fiscal que lleva a quitar el dinero a los ciudadanos de sus bolsillos para gestionarlo desde las arcas públicas.

Respecto a Valencia, por ejemplo, La Marina es un problema grave de los tiempos del PP que los actuales gobernantes no han sabido resolver tras ocho años. Se creó un consorcio con la Generalitat, el Estado a través de la Autoridad Portuaria y el Ayuntamiento de Valencia, para la Formula 1 que sigue empantanado. El otro día, hablando con estibadores, me decían que no puede ser que la ciudad vaya degradando su puerto constantemente, con la inseguridad jurídica que supone también para las empresas que están establecidas en la dársena, porque no saben de quien dependen.

La propiedad de este espacio es el Estado y, sin embargo, negocian con el Ayuntamiento. Habrá que echarle imaginación jurídica para resolver el problema, porque corremos el peligro de que lo que tenemos aquí se desplace a Barcelona.

Seguridad ciudadana

«No tiene sentido que haya una Policía sólo contra la violencia de género»

—¿Qué otras medidas considera necesarias para Valencia y cuáles priorizaría?

—Hay medidas que no cuestan dinero y se tienen que imponer desde el primer día, nada más llegar al Ayuntamiento, como que las lenguas oficiales que se utilicen sean las lenguas cooficiales que establece el Estatuto de Autonomía, que son el español y el valenciano, no el catalán. Hay que aprovechar los recursos humanos propios y la ayuda de los colegios profesionales para agilizar el padrón o las licencias de obra y actividad. Que esa burocracia esté completamente atascada produce un empobrecimiento de la economía. El otro día conocí el caso, que no es de los más graves, de una señora que llevaba dos años pendiente de obtener la licencia de actividad para abrir su bar. Por tanto, o ha estado durante dos años ejerciendo la actividad sin regularizar, o ha tenido que estar pagando los costes de haber creado el negocio sin poderlo ejercer.

Además, tenemos que incrementar la seguridad en la ciudad con más dotación policial. No podemos consentir que aumenten los robos con violencia y las violaciones. De momento, no hemos tenido ninguna muerte que yo conozca, pero sí casos con heridas graves. Sobre todo, tenemos que utilizar los recursos que tenemos: hay muchos policías que no están realizando funciones policiales, sino meramente administrativas. Para coger el teléfono o tramitar expedientes puede haber otros funcionarios. Hay que sacarlos a la calle y crear una verdadera Policía de barrio que conozca a los vecinos, a los comerciantes y que deambule por la ciudad para evitar la comisión de los delitos.

El candidato de Vox a la Alcaldía de Valencia, Juanma Badenas, durante la entrevista ROBER SOLSONA

—Ha dicho que convertirá el grupo de atención y prevención de la violencia de género (Gama) en una unidad contra la violencia intrafamiliar. ¿Si uno de los problemas de la ciudad es el aumento de agresiones a mujeres, no tiene más sentido focalizar esa respuesta como se hace ahora?

—Una unidad policial contra la violencia entre los vecinos o intrafamiliar no excluye para nada la protección de las mujeres, porque también forman parte de los vecinos y de las familias. Lo que no tiene ningún sentido es que haya una unidad que sea solamente contra la violencia de género. Si se enteran de que hay una situación de violencia en un domicilio, llaman a la puerta y resulta que la agresora es la mujer y el agredido es el hombre, ¿se abstienen de actuar? No creo que esa situación se vaya a producir.

—No se trata de un grupo que actúa sólo en el momento de la agresión, sino que acompaña y protege a la víctima durante todo el proceso judicial.

—Para eso está la Policía de barrio, que conoce a quien vive en cada uno de los edificios porque se los encuentra por la calle todos los días y hace una labor de prevención. Habla con los vecinos y le cuentan si un matrimonio no se lleva demasiado bien o hay una persona que produce gritos o realiza cosas que pueden ser molestas para los demás. No hacen falta unidades especializadas en violencia de género, porque la violencia de género es discriminación. Cuando se habla de discriminación positiva, hay alguien que resulta perjudicado por el ordenamiento jurídico y no se cumple el artículo 14 de la Constitución, que es el de la igualdad de todos los españoles con independencia de su sexo. Por tanto, apostamos por la Policía de barrio para prevenir la violencia contra los hombres, contra las mujeres, contra los niños, contra los ancianos, contra los negros, contra los blancos, contra los hispanos, contra los musulmanes… Contra todo el mundo.

Movilidad

«Se han puesto carriles bici peligrosos por un motivo ideológico y eso es totalitarismo»

—Pero no me va a negar el aumento de las agresiones contra las mujeres en los últimos años.

Es un problema que tenemos que solucionar aplicando el Código Penal y endureciendo las penas contra los agresores sexuales, no como está haciendo el Gobierno, que lo había modificado de tal manera que las ablandaba. No hacen falta cuerpos policiales, ni juzgados especializados en ese tipo de violencia. Basta simplemente con que hayan juzgados que apliquen la ley. Todo esto es demagogia y política, simplemente para tratar de captar el voto de una parte de la población. El resultado es que, a pesar de todas esas cosas, siguen incrementándose estos delitos. El derecho penal tiene dos funciones, una preventiva y una punitiva. Lo que hay que hacer es endurecer las normas para que se apliquen castigos verdaderamente ejemplarizantes que disuadan a los delincuentes. Tener un derecho penal lo suficientemente preventivo contra las agresiones contra las mujeres, cosa que evidentemente no tenemos.

El candidato de Vox a la Alcaldía de Valencia, Juanma Badenas, es amante de las pulseras ROBER SOLSONA

—Le hemos visto con un martillo pilón escenificando la reversión de un carril bici. ¿Qué propone en movilidad?

—No se trata de la reversión de las políticas de movilidad, sino la supresión de los carriles bici que son peligrosos, que están mal diseñados o que producen atascos innecesarios en la ciudad. No estamos hablando de un cambio de paradigma, sino de su racionalización. Hay informes de la Universidad Politécnica que señalan que hay una gran cantidad de tramos peligrosos, mal trazados, con superficies deslizantes que producen accidentes, que pasan por salidas de aparcamiento o de emergencia. Incluso, hay autobuses de la EMT que no pueden hacer un giro porque no caben. Muchas veces se han puesto sí o sí por un motivo ideológico y eso me parece totalitarismo. Habrá sitios en los que será imprescindible que haya un carril bici y en otros habrá que suprimirlo. También circula un informe hecho por una universidad barcelonesa que dice que la creación de carriles bici disminuye el uso del transporte público, porque los que tienen que utilizar el coche siguen siendo los mismos, al no tener más remedio si trabajan fuera o en una parte alejada de la ciudad.

—Se presenta como candidato a la Alcaldía, pero ¿qué otras áreas le gustaría gestionar?

—Aspiro a ser alcalde de Valencia y todas las áreas me parecen igual de importantes. No contemplo ninguna en concreto. No me he parado a pensar en ello ni cinco minutos. Como dice mi hijo: step by step, paso a paso. Eso de vender la piel del oso sin haberlo cazado, suena al cuento de la lechera.

—¿Cómo puede condicionar su relación con la candidata del PP María José Catalá, con la que chocó por la venta de la Universidad Internacional de Valencia (VIU) cuando ambos eran consellera y rector, un hipotético pacto de gobierno?

—No condiciona absolutamente en nada, porque ni la señora Catalá ni yo somos importantes. Lo importante es que los valencianos consigan tener una ciudad como la que se merecen y, desde luego, no se merecerían que PP y Vox antepusieran las cuestiones del pasado al futuro. El pasado nos sirve para poder conocer como somos o cómo hemos llegado hasta donde estamos, pero lo que hay que hacer es pensar siempre en el futuro. Me parece que eso es una cuestión anecdótica de hace diez años.

El candidato de Vox a la Alcaldía de Valencia, Juanma Badenas, durante la entrevista ROBER SOLSONA

—¿Pondría alguna línea roja?

Yo no hablo de línea rojas, sino de principios verdes. En Vox tenemos principios inmanentes y sólidos que tienen que ver con la forma de ser, la idiosincrasia de los valencianos, con el sistema constitucional, con la verdadera libertad y capacidad de decisión y, sobre todo, con un proyecto de desarrollo económico. Queremos que sea una ciudad más amable, más bonita urbanísticamente, porque se está convirtiendo en una cosa que no se parece en nada a lo que debería ser la tercera capital de España, está perdiendo todo su encanto. Siempre que tengamos en cuenta principios básicos que son intangibles, porque son los que tienen que ser, la negociación puede abrirse a cualquier punto.

—En caso de que el PP pueda gobernar en solitario. ¿Respaldarían los presupuestos y estarían abiertos a acuerdos puntuales o entrar en el gobierno es condición indispensable?

Depende de las circunstancias. Veamos primero cuáles son los resultados de las elecciones, cuáles son las proporciones y después cuáles son los proyectos. Hasta que no suceda, no me atrevo a decir absolutamente nada. Ahí no voy a hacer prospectiva. La prospectiva tecnológica, la territorial y la económica son cosas que se pueden hacer porque implican la existencia de muchos factores y de muchos actores. En la política, a veces es una cuestión solo de voluntad y entonces la prospectiva pierde mucha fuerza.

—La última pregunta es la misma para todos los candidatos. ¿Cuánto vale un viaje de metro o autobús urbano y cuánto una barra de pan?

Una barra de pan vale más o menos 80 céntimos, depende de su calidad y de dónde se compre. En autobús hace tiempo que no he subido, pero el metro sí que lo utilizo más y el billete depende de si compras ida y vuelta o no. Sólo ida está alrededor de un euro y medio, más o menos. Normalmente me desplazo por Valencia andando.

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