AL PUNTO
Un Pasapalabra dedicado a Pedro Sánchez
Una elucubración a propósito de los Santos Inocentes
Imagen del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
No escapó la popularidad y multitudinaria audiencia que tiene el programa de Antena 3, Pasapalabra, al ministro Félix Bolaños que decidió hacer un remedo con la complicidad de los veintidós colegas. Así lo comunicó a su equipo como genialidad propia de su privilegiada sesera. ... Toda su gente aplaudió la idea con entusiasmo más propio de un hincha que de un asesor. «¿Y cómo piensa hacerlo?», le preguntaron. «Muy sencillo, respondió don Bolaños. Cada ministro dirá, cuando yo se lo indique a los postres de la cena a la que nos invitará este 28 de diciembre el presidente, la palabra que consideren mejor define a Pedro Sánchez . Por ejemplo: Con la a: afectuoso; con la b: benefactor…».
«¡Qué idea tan genial, magnífica, chipiritifláutica, inconmensurable…!» fueron algunos de los elogios que escuchó el ministro. «Estupendo, estupendo», respondió éste al tiempo que escrutaba con su mirada por si alguien se resistía a lanzar el correspondiente ditirambo. Llegado el día de la cena dispuso todo para sorprender al amado y carismático líder. Y les explicó de qué iba el programa a todos, todas y todes que, mostrando idéntica complacencia que los colaboradores bolañistas, aplaudieron con entusiasmo mientras Pedro Sánchez se arrellanaba en su poltrona esperando ver el desarrollo de semejante genialidad.
Dio aviso Bolaños a Albares para que fuese el primero en aportar su palabra. Y éste con voz engolada dijo: «Atlético». Grandes, unánimes y vibrantes fueron los aplausos de la peña ministerial, si bien quienes estaban junto a la ministra Sira Rego le escucharon preguntar: «¿Atlético… de Madrid o de Bilbao?».
Y así, ministros, ministras y ministres aportaron su palabra siguiendo el alfabético orden según les daba paso un feliz don Félix: «Benefactor, capaz, decidido, excelente, fantástico, generoso, honrado, inteligente, leal, magnífico, natural, ñeque…» dijo el ministro de Cultura, Ernest Urtasun ,tras una rápida consulta al diccionario de la RAE con su teléfono móvil. «¿Qué…?» preguntó Félix Bolaños mientras un intrigado Sánchez arqueaba las cejas. «Sí --respondió el ministro del lustro-- en Centroamérica se dice de quien es fuerte y vigoroso». Respiró tranquilo Bolaños que por un momento pensó que su idea podía terminar en siniestro total y el complacido presidente le hizo un guiño aprobatorio.
«Sigamos, sigamos», dijo un entusiasmado Bolaños. Y con la O se escuchó «omnisciente». Dado que nadie de los allí reunidos sabía su significado prefirieron darla por buena y que continuase la elogiosa letanía. «Pacifista…quitamiedos. ¿Quitamiedos? Hizo el poliministro una breve pausa y la dio por buena: «Sí, sí que vale, porque el presidente nos da serenidad, tranquilidad de cara al futuro».
«Racional, sabio, templado, ufano, ven-se-dor», apuntó llegado su turno la vicepresidenta María Jesús Montero con su natural gracejo. «Con vencedor son veintiuna vuestras palabras», dijo Bolaños la mar de satisfecho. «Y dada mi triple responsabilidad ministerial –añadió-- las tres últimas palabras las diré yo: «Xecudo, que significa inteligente. Con la y… con la y… carraspeó el tratando de disimular que no tenía palabra que mentar en aquel momento…«Y terminamos con la zeta: zalamero».
Eufórico por el resultado de su particular Pasapalabra y que tanto había complacido a su señor Sánchez, el ministro Bolaños llamó a Televisión Española. Al primer jefe que se le puso al teléfono le conminó a hacer algo parecido sacando las cámaras a la calle. «¿Está seguro, ministro, que es una buena idea?», le respondió el sorprendido mando del Ente. «Sí, sí, es una propuesta genial», respondió pagado de sí mismo Félix Bolaños. «Pues no se hable más, ministro, donde hay patrón no manda marinero. Vamos a ello».
Salió un equipo de TVE. Una periodista, micrófono en ristre, comenzó su tarea. Se dirigió a una pareja de avanzada edad invitándoles a participar. ¿Con la A…? Apenas si dudó la señora interrogada que tomando aire dijo muy convencida: «Acémila». «Por favor» --le dijo el marido-- ¿no te parece un poco fuerte? Acémila es lo mismo que asno». «No, no, es lo que he dicho y lo mantengo». Y añadió: «Y con la be, burro».»
La azorada periodista se despidió del matrimonio y miró al productor que junto con el cámara formaban el equipo, preguntándole qué pensaba hacer, si continuar o dejar por imposible tan desopilante propuesta sabiendo como estaba la calle con Sánchez. «Hay que terminar el encargo como sea», le dijeron.
Las siguientes palabras que obtuvieron no hicieron sino poner de manifiesto la desafección popular hacia el presidente: borde, cazurrro, desnortado, estúpido, fantasma, gaznápiro, hipócrita, insensato, ladino…. La colega no daba crédito mientras los demás componentes del equipo televisivo parecía que lo estaban pasando en grande. «Sigamos, sigamos», dijo el camarógrafo. Y siguieron: «Malandrín, negado, ñordo, orate, pazguato, quídam, rasputín, sobrero, tarambana, ufano, vacuo, xilófago, yo-yo, zascandil….»
De vuelta a la sede de TVE en Pozuelo de Alarcón, el equipo relató lo sucedido a sus jefes. «Hay que informar de inmediato al ministro Bolaños». Y eso hicieron. El triministro, tras conocer el desastroso resultado, sentenció iracundo: «Ahora mismo os vais a Coslada y preguntáis a los jubilados de la petanca, esos que jugaron meses atrás con el presidente. U os buscáis unos extras en Ferraz de lo más aparentes, que den el pego, pero que respondan como se debe responder. Y no me toquéis más las pelotas…» Quedose mascullando improperios el todopoderoso ministro contra tanto inútil y valorando si no tendría que ser él quien, además de los departamentos ministeriales que ya tiene a su cargo, dirigiese Televisión Española. Con Sánchez, todo es posible.
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