No obstante, está lejos de compartir este análisis el influencer valenciano Jesús Soriano, quien ha redifundido este asunto en X (antes Twitter). «Claro que algo falla, las condiciones, horas extras no pagadas o no correctamente, plus de nocturnidad, un solo día libre, turnos partidos, sueldos bajos, contratos de ayudante teniendo años de experiencia y un largo etcétera», replica el titular de la cuenta @soycamarero.
También cuestiona la tesis de los subsidios como desincentivadores de los aspirantes a un trabajo: «Y si prefieren esas paguitas antes de vivir con un sueldo digno, ¿qué ofrecéis para que prefieran subsistir con ellas? Posdata: ya me contáis qué paguitas son esas, que no conozco a nadie que la tenga».
Uno de sus seguidores apunta después a que la única de estas ayudas económicas se queda en 400 euros, lo que hace poco verosímil que alguien se conforme con esos ingresos en lugar de un salario, o plantea la hipótesis de que ese supuesto sueldo sea todavía inferior.
«En cuatro o cinco años tendremos robots humanoides dando el servicio de camarero, problema solucionado», ironiza otro lector en el hilo de este post. «Yo tampoco nunca he conocido a nadie con paguita para subsistir. Ni personas con incapacidad permanente, ni personas con pensiones por otros motivos… Pero en cambio sí tengo muchos conocidos trabajando en condiciones laborales pésimas y aguantando porque no queda otra», corrobora un tercero, en la línea de muchos comentarios similares.
En cambio, entre las reacciones hay discrepantes. «Creo que no se sabe la verdad de que muchos cobran una paguita, pues sí es cierto, los 400 euros y luego hacen supuestamente chollos en negro y viven como Dios; y otros presuntamente a delinquir», opina uno, a quien replican: «¿Y qué paga es esa? ¿Y qué son chollos en negro? Delinquir, delinque mucha gente, cobren o no paguita».
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete