El último liberal
La huelga universitaria y las paellas
Los partidos nacionalistas han dejado su impronta en la nueva ley obligando al PSOE a incorporar el refuerzo de las agencias autonómicas de evaluación de la calidad con competencias plenas
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Iniciar sesiónGiuseppe Tomasi di Lampedusa fue un escritor de una única novela, «el gatopardo», que desgraciadamente solo se publicó tras su fallecimiento. No obstante, fue el origen de una gran película de Luchino Visconti y ha dejado en los anales de la historia una ... frase que es una y otra vez repetida «Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie».
La novela trataba sobre los cambios en la Italia de Garibaldi, pero se ha utilizado recurrentemente para expresar esa sensación de que tras unos cambios más o menos costosos, todo sigue igual. Esa sensación me queda tras comprobar los primeros pasos de la aplicación de la ley de universidades que aprobó el año pasado el gobierno de progreso. Newtral destacaba con su titular lo que consideraba más importante de la nueva ley : «Claves de la ley de universidades: huelga reconocida para los estudiantes y el fin de los colegios mayores segregados». El mundo cambia a una velocidad de vértigo, las necesidades de la sociedad con respecto a los futuros egresados universitarios no son las mismas que hace años. Las nuevas tecnologías suponen un reto, pero también ofrecen nuevas posibilidades de formación, sin embargo, para el gobierno de progreso el aspecto clave es que no puede haber colegios mayores dónde no convivan estudiantes de diferentes sexos. Todo ello parece que debido a que durante la tramitación de la ley de universidades se produjo un suceso, recogido por los medios de comunicación, de «cánticos machistas» en un colegio mayor de Madrid en 2022.
Por supuesto los partidos nacionalistas han dejado su impronta en la nueva ley obligando al Partido Socialista a incorporar el refuerzo de las agencias autonómicas de evaluación de la calidad con competencias plenas, lo que destruye por completo la idea de disponer de unos sistemas de evaluación homologados y únicos para todo el país. En unos años el sistema universitario español dejará de serlo para llegar a ser un conjunto de sistemas dónde ya no primará la excelencia de las buenas notas para poder elegir la universidad dónde quieras estudiar, sino el lugar dónde naciste. Es curioso que tal como parecen ser las nuevas exigencias en materia económica de los socios nacionalistas de los socialistas, el resto de los españoles vamos a pagar las universidades de vascos y catalanes, pero donde en breve nuestros hijos no podrán estudiar en caso de que así lo deseen.
Por supuesto no se atrevieron a modificar en lo esencial el modelo de gobernanza de las universidades, donde ahora son fundamentalmente los trabajadores de la universidad los que eligen a su rector. Imaginen si en la empresa Mercadona o en El Corte Inglés fuesen los trabajadores los que votaran a su presidente. Pues eso, probablemente se olvidarían del cliente, en el caso de las universidades los estudiantes. Nada de hablar de como mejorar la empleabilidad de nuestros estudiantes, aspecto para mí critico y fundamental que debería fijar en gran parte la financiación de las universidades. Pero parece que los estudiantes se han conformado con el reconocimiento a los derechos a las huelgas y paros académicos.
Para mi sorpresa en la Universidad de Alicante ya nos ha llegado la notificación de solicitud del primero de los paros académicos. Todo ello basado en una serie de explicaciones bastante difusas, pero que pierden todo el sentido al haber hecho coincidir el paro académico con el famoso día donde se celebran la fiesta de las paellas universitarias. El éxito del paro académico está garantizado pero la credibilidad de este, de los que lo convocan y de los que lo autorizan difícilmente podrá levantar el vuelo.
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