En total, sumando las de Cataluña (295) y Baleares (15) se han recibido 333 quejas por discriminaciones lingüísticas. Desde la autodenominada 'ONG del catalán' explican que «esta diferencia entre el nombre de quejas no es representativa de la situación lingüística de cada universidad, sino que se explica por la dimensión de la institución, por la diferente sensibilización de los estudiantes y por el grado de conocimiento de la campaña».
Más de la mitad de las quejas están relacionadas con cambios de lengua a la hora de impartir una asignatura respecto a lo que se indicaba en la matrícula, pero también existen otras por la falta de oferta de asignatura en catalán, valenciano o balear o la vulneración de derechos lingüísticos.
Uno de estos últimos se ha dado en la Universidad Politécnica de Valencia. Un estudiante indicó a la entidad que la tutora Trabajo de Fin de Grado le reprocho que quisiera escribir el trabajo en valenciano porque limitaría su público a una comunidad «muy reducida», y que le advirtió que no se lo leería.
La profesora acabó haciendo un informe positivo del trabajo para los miembros del tribunal y que, según el servicio de quejas de la universidad, no incluyó ningún comentario sobre la lengua con la que se había escrito.
A pesar de ello, señalan desde la Plataforma per la llengua, envió un correo al alumno, en castellano, con el siguiente mensaje: «Hola, ya he mirado tu TFG. La verdad es que para mí es una lástima que lo hayas escrito en valenciano. Me hubiera gustado poder aprender de tu proyecto, pero con el idioma has limitado la comunicación de los resultados a una comunidad muy reducida. Pero bueno...».
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