Pedro Sánchez, nuevo jefe de la oposición a Carlos Mazón

Corría el mes de julio de 2021 cuando Sánchez destapó su carta ganadora. Una jugada que ABC tituló tal que así: «Diana Morant, una ascensión meteórica para el futuro del PSPV-PSOE». El subítulo aportaba la clave: «El nombramiento como ministra de la hasta ahora alcaldesa de Gandía la sitúa en una posición predominante en la futura sucesión de Ximo Puig al frente de los socialistas valencianos».

Escrito quedó igual que la crónica de la maniobra de Ferraz para que la ministra de Ciencia se convierta en la primera secretaria general de la historia del PSPV-PSOE en un congreso a la búlgara, sin primarias, toda vez que aquellos que aspiraban a tomar el relevo de Puig, Alejandro Soler y Carlos Fernández Bielsa, han aceptado un mal acuerdo antes que entablar un buen pleito de consecuencias imprevisibles con el sanchismo.

La estrategia muñida por Santos Cerdán coloca al Gobierno de España y, por ende a Pedro Sánchez, al frente de la oposición a la Generalitat Valenciana que preside Carlos Mazón, del Partido Popular, en un Ejecutivo de coalición con Vox.

Como quiera que sus obligaciones gubernamentales se lo impiden, Sánchez delega en Morant la jefatura de la oposición a Mazón. La gandiense tendrá a favor el Boletín Oficial del Estado y la agenda oficial del Ministerio.

Por contra, al carecer de acta de diputada en las Cortes Valencianas no podrá confrontar con Mazón, quien tiene en su mano firmar el decreto de disolución del Parlamento y la convocatoria de unas elecciones autonómicas en la que Morant será, por obra y gracia digital de Sánchez, la candidata de la federación socialista valenciana. Para ello ha puesto todas las facilidades Ximo Puig, a quien el presidente del Gobierno compensa con un puesto en la Embajada de la OCDE en París. Vamos, la socialización de la política en estado puro. Todos ganan, pero Sánchez manda.