Las Fallas, un nuevo Magaluf que morirá de éxito si nadie lo remedia

Aunque las autoridades sostienen que la avalancha de público que ha visitado Valencia no ha propiciado un incremento de los delitos, la realidad percibida por cualquiera que haya pisado la calle es la de una ciudad desbordada con 354 detenidos y más de un millar de personas atendidas por Cruz Roja.

Las Fallas son arte, cultura, monumentos, música, indumentaria y pirotecnia. Elementos que le hicieron merecer la distinción de la Unesco. Sin embargo, son unas fiestas que corren el grave riesgo de morir de éxito. No todo vale por dinero, por más que la hostelería cifra el impacto económico de las pasadas fiestas en más de 700 millones de euros. No caben más churrerías ambulantes. Ni mercadillos y carpas que colapsen unas calles en las que los protagonistas deberían ser los monumentos, otrora la esencia y la razón de ser de las Fallas.

Los más de 100.000 falleros que forman el censo y el conjunto de fuerzas políticas deben encontrar una solución para que, con independencia del Gobierno municipal que se forme tras las próximas elecciones del 28 de mayo, las fiestas adopten un cambio de rumbo.