Absueltos un capitán y un teniente de la Guardia Civil acusados de quitar denuncias a pubs a cambio de copas

Según aparece recogido en la sentencia, que obra en exclusiva en poder de ABC, los dos oficiales no quitaron denuncias ni anularon sanciones económicas a estos locales en su condición de miembros del instituto armado, ni tampoco ha sido demostrado que llevaran a cabo inspecciones arbitrarias en fruterías con el fin de favorecer a la novia de uno de ellos.

Asimismo, resuelve el magistrado que los testimonios y datos aportados por la Fiscalía no prueban que el capitán juzgado y ya absuelto solicitara una patrulla de la Guardia Civil para que examinara un puesto de venta ambulante de comida cerca de un pub, con la intención de no abonar la consumición.

De igual manera, tampoco se ha podido justificar que aceptaran invitaciones en otros tres establecimientos nocturnos en su condición de oficiales de la Benemérita, ni que pusieran «trabas» para impedir inspecciones en un cuarto negocio.

Por todo ello, la Fiscalía solicitó una pena de siete años de prisión para el capitán, al que también acusaba de agredir a un hombre en un local y aportar testimonio falso en el atestado, y de tres años para el teniente.

La causa se inició en virtud de la denuncia interpuesta contra el capitán por parte del taquillero de un pub que afirmó ser despedido por «tener problemas» con el citado oficial en un altercado por el cual el magistrado instruyó diligencias para recabar imágenes y tomar declaración de diferentes testigos.

Según aparece indicado en los informes de la Benemérita, «de la información disponible no se deduce que haya habido un tratamiento diferente a unos locales de oficio a otros ni conductas irregulares en las inspecciones realizadas». Al respecto de la participación del capitán, remarca que «no hay constancia de conductas ilícitas ni el régimen disciplinario de la Guardia Civil», salvo el incidente ocurrido en noviembre de 2014 en otro establecimiento nocturno, donde un cliente aseguró que el acusado le había agredido en el aseo, sin que haya quedado acreditado que le golpeara con la mano ocasionándole lesiones.

Estos dos sucesos determinó que se llamaran a declarar a propietarios de estos locales y a otros posibles implicados, cuyos testimonios finalmente no han demostrado la comisión de los delitos de los que acusaban a los oficiales.