La renovación del PPCV: un liderazgo condicionado por el escenario nacional

Muchos miembros del partido coinciden en que una nueva convocatoria de elecciones supondría mandar el mensaje erróneo a la sociedad de que no ha sabido votar correctamente, por lo que si provocara un efecto sería el de un aumento de la abstención y un debilitamiento del sistema democrático. Apuestan de este modo por la formación de Gobierno , posiblemente de izquierdas, antes que celebrar unos nuevos comicios , lo cual aceleraría la renovación.

En el caso de que se recurriera de nuevo a las urnas, el congreso extraordinario del PP nacional se postergaría y, por tanto, también el regional. Mariano Rajoy podría ser de nuevo candidato a la presidencia , con lo que los movimientos seguirían sin producirse .

En la situación contraria, con un acuerdo entre PSOE y Podemos, lo lógico para algunas corrientes a nivel nacional sería que Rajoy se apartara al haber sido incapaz de formar Gobierno.

En todo caso, el rumbo de la dirección popular se decidiría en un congreso extraordinario (bajo la fórmula de un militante, un voto), en el que se apostaría por la continuidad o por una nueva hornada de dirigentes del perfil de Pablo Casado. Lo que surja de él condicionará lo que ocurra en la Comunidad Valenciana y el impulso de personas que fueran en consonancia.

La actual presidenta regional del PPCV, Isabel Bonig, cuenta con el apoyo directo de Rajoy, pero la situación podría cambiar si la renovación a nivel nacional fuera drástica. Los populares buscan ya una alternativa joven, más moderada y que rompa de forma absoluta con el pasado reciente (del estilo de Casado, Andrea Levy o Javier Maroto) para poder empezar de cero.

Por ahora, únicamente se ha postulado el expresidente del Nuevas Generaciones José Luis Bayo , aunque en el partido dan por hecho que no cuenta con muchas posibilidades.

El problema con el que se encontraría cualquiera es el de la estructura . Bonig está arropada por los presidentes provinciales Vicente Betoret (Valencia), José Císcar (Alicante) y Javier Moliner (Castellón), por lo que la candidatura alternativa tendría que encontrar apoyos sólidos .

Pero a la líder regional se le acumulan los problemas con los casos de corrupción y tendrá que superar el duro reto de saber gestionarlos . De hecho, Betoret podría acabar imputado en la causa de Imelsa tras ser señalado por Marcos Benavent, el exgerente de la empresa pública , en la trama de «mordidas» en la Administración, lo cual podría afectarla de lleno .

A ello se le añade la complicada situación en el Ayuntamiento de Valencia y en la ciudad, con la que tendrá que lidiar a largo plazo. Entre el pasado miércoles y el jueves se reunió con los concejales investigados por presunto blanqueo de capitales para reclamarles el acta al seguir imputados tras el levantamiento del secreto de sumario como habían pactado.

La mayoría (alguno podría acabar cediendo) se ha plantado al considerar que no existen pruebas suficientes contra ellos y, previsiblemente, no renunciarán y pasarán a ser no adcritos. Esta decisión supondría que el PP, el grupo más numeroso en el Ayuntamiento, se quedara con el único edil no investigado, Eusebio Monzó.

La posibilidad en la que sí confía el partido es que se dieran de baja de militancia antes de ser expulsados por incumplir una directriz, lo que además evitaría un expediente disciplinario una vez abierto el informativo.

Dependiendo del modo en que se resuelvan todos estos frentes, el liderazgo de Bonig puede verse reforzado (ya se vio tras el resultados de las pasadas elecciones generales) o cuestionado.