Hábitos saludables, la palanca para mejorar la productividad de las organizaciones

Puedo aseverar de manera irrefutable tras muchos años dirigiendo equipos y personas tanto en grandes organizaciones como en pequeñas startups que existe una correlación directa entre la motivación y la felicidad en el trabajo con la productividad del equipo humano de las organizaciones y los resultados obtenidos. Incluso me atrevería a apostar que se trata de una relación de ámbito exponencial, es decir: un incremento de la motivación y de la felicidad de las personas durante su jornada laborar genera un efecto multiplicador en el cumplimiento de los objetivos , en la eficiencia y, por ende, en la productividad. Estamos ante el elemento clave para escalar el talento de la organización.

Así mismo, puesto que el bienestar de las personas y, por tanto, su motivación y felicidad dependen del estado de salud de estas, podemos despejar la ecuación concluyendo que la productividad y los resultados de una organización están directamente relacionado con la salud del capital humano de la organización. Es fácil, si A depende de B y B depende de C, A dependerá de C. Pura lógica de primero.

Dicho lo que antecede, si bien otros aspectos como una transparente comunicación interna, la claridad en los objetivos para todos y que sean digeribles y alcanzables, la formación y el reciclaje, el acceso a herramientas digitales, la dirección con talante y el liderazgo inspiracional, el reconocimiento compartido de los éxitos, la motivación al intraemprendimiento o la oportunidad justa , igualitaria y universal a todas las personas de la organización para un posible crecimiento y desarrollo en la carrera profesional dentro de la empresa son factores que mejoran la productividad del capital humano, hoy pondré foco en lo que durante muchos años he postulado en todas aquellas etapas de mi vida en las que he participado como directivo o consejero en la gestión de organizaciones, que no es más que la importancia de promover, motivar e incentivar a las personas de la organización a seguir, en la medida de lo posible, un estilo de vida saludable, y para ello, es clave la implementación de programas de formación en hábito saludables por parte de las organizaciones.

El ser humano está diseñado para relacionarse, para conversar, para colaborar, para compartir emociones, para generar sinergias y para imitar comportamientos. Por ello, toda barrera física o mental que limite o reduzca el contacto entre personas reduce la productividad de estas. Es más, hay que potenciar la relación interpersonal, la retroalimentación y el feedback.

Es clave que las personas que forman parte del core business de la cadena de valor de la organización tengan una clara empatía y, para ello, los espacios juegan un papel clave. Siempre digo que hay que decir adiós a los despacho casposos, cerrados y tradicionales para dejar paso a los lugares amplios, innovadores, transparentes y compartidos ¡Que corra el aire!

Recuerdo cuando llegué a mi último despacho, cuando dirigía el organismo Suma Gestión Tributaria, lo convertí en un coworking donde se reunían los distintos equipos incluso cuando yo no estaba. Ilustramos las paredes con imágenes y frases de célebres de personajes que inspiraran a las personas de la organización. A tu manera, con creatividad, elimina los despachos, y los que dejes que sean los mínimos imprescindibles , transparentes, compartidos y abiertos; generarás más confianza y felicidad en tu equipo.

Es tan saludable romper con la rutina en tareas como alternar las relaciones interpersonales del día a día. Por ello, se deben impulsar acciones que precipiten la rotación de personas, la mezcla de roles , la hibridación de talento y además hacerlo en espacios innovadores y disruptivos.

Una de mis propuestas para grandes organizaciones son los desayunos mensuales de innovación e hibridación, seleccionando grupos de personas de diferentes roles y competencias que no suelen tener contacto personal directo ente ellos pero que su complementariedad es clave. En un ambiente que propicie la creatividad y el sentimiento de equipo, para que, además de que se generen sinergias multidisciplinares se incremente el sentimiento de autoestima, de pertenencia al equipo y el compañerismo, algo clave para la higiene y la salud mental de las personas ; aspecto que multiplica la productividad.

Según la Organización Internacional del Trabajo ( OIT ), una nutrición inadecuada puede llegar a traducirse en un descenso de la productividad de hasta un 20% y viceversa, la adopción de una alimentación saludable incrementa de manera contundente la productividad de las personas y, por tanto, de la empresa u organización a la que pertenecen.

Recientemente en una conferencia sobre la importancia de los hábitos saludables para la prevención de enfermedades, físicas y mentales, Alfredo Bataller , presidente y fundador de SHA Wellnes Clininc , citaba el caso de estudio de «el plato para comer saludable» de la Universidad de Harvard, una entidad de intachable excelencia que dedica importantes montantes económicos y recursos a la investigación de la alimentación y su repercusión en la salud de las personas, y por tanto en su rendimiento.

Está demostrado científicamente las colateralidades positivas y negativas en la salud de las personas, tanto en el estado físico como mental, derivadas de seguir una adecuada o inadecuada pauta nutricional, lo que deriva en un impacto directo, positivo o negativo, en el día a día de las organizaciones en forma de absentismo, bajas, errores, implicación o fuga de talento.

Más allá de la sensación de bienestar al vernos bien en el espejo, al sentirnos más ágiles y fuertes o al bajar de talla de ropa, sin entrar en detalle de cada una de ellas, puesto que daría para un artículo en exclusiva, es clave destacar el efecto positivo en el nivel de productividad de las personas que producen los distintos neurotransmisores generados por nuestro cuerpo cuando realizamos deporte , como son: la Dopamina, Serotonina y, especialmente y la Endorfina. Así mismo baja los niveles de Cortisol tan perjudicial derivados de los altos niveles de estrés.

Son los famosos neurotransmisores responsables de hacernos sentir felices, de la motivación y el placer; y además nos ayuda a tener un estado de ánimo tranquilo y relajado. Adicionalmente, cuando realizamos ejercicio físico se activa el sistema cardiovascular y circulatorio precipitando la oxigenación tanto cerebral como la del resto de órganos.

Una de las pandemias del siglo XXI es el estrés extremo, pues es realmente el origen de muchas otras enfermedades derivadas, fatales para el ser humano con sus efectos sobre la productividad en el trabajo. Estudios de neurociencia indican que altos niveles de estrés pueden bloquear la creatividad, tener efectos negativos en la memoria y disminuir la capacidad de aprendizaje.

Estos neurotransmisores citados anteriormente junto a otras sustancias creadas tras la práctica de disciplinas como el mindfulness ayudan a regular la ansiedad y el estrés, e influyen en la inhibición y control de emociones negativas como la ira, controlando también los cambios de humor.

¿Qué es mindfulness ? No podemos entrar a explicar con profusión la acepción de mindfulness, o la llamada atención plena , simplemente definirla como una técnica de meditación que consiste en observar la realidad en el momento presente, sin intenciones de juzgar, es decir, con el objetivo de conseguir un estado que permita experimentar el momento presente con plena conciencia, sin realizar juicios.

Un claro indicador de la importancia de la práctica del mindfulness es que el Foro Mundial Davos incluya programas de mindfulness y meditación en su agenda para líderes y directivos, o que una universidad como Harvard no sólo lleve décadas estudiando el impacto positivo que provoca en la salud de las personas su práctica, sino la puesta en marcha de programas de formación, de información y de concienciación para sus alumnos, profesores y ejecutivos de todo el mundo.

En un mundo laboral tan dinámico, turbulento, veloz, competitivo y especialmente digital y disruptivo como el de hoy, es importante tener la capacidad de mantener el equilibrio emocional para la toma de decisiones, para la gestión de conflictos y para la superación de adversidades. Así mismo, es transcendental tener la capacidad de poner foco en lo importante, de pensar con claridad, de despejar el ruido, de aumentar la atención y de concentrarnos en lo que realmente aporta valor .

Es una herramienta que permite a las personas romper esos círculos viciosos y bucles obsesivos que nos atrapan en los problemas del trabajo del día a día y que desgastan al profesional disminuyendo su productividad. Nos permite crear anclajes positivos que generan emociones agradables que refuerzan la confianza en las personas, desencadenan comportamientos y actitudes optimistas y asertivas, con un efecto positivo en el trabajo en equipo, en la aparición de sinergias interpersonales, en la capacidad de generar un mejor clima laboral y, por ende, en la productividad individual y grupal de la organización.

La práctica del deporte y del mindfulness mejora la calidad del sueño, es clave dormir. Descansar y cargar las pilas son el antídoto contra la ansiedad , una «toxina» que bloquea la memoria, la capacidad de poner atención, de gestionar con eficacia y eficiencia y reduce la inteligencia ejecutiva para la resolución de problemas. Duerme, desconecta y descansa para optimizar tu productividad.

Recomiendo la lectura de l libro «¡Tómate un respiro! Mindfulness, cuyo autor es el Dr. Mario Alonso Puig , médico, fellow en cirugía por Harvard University Medical School y experto en mindfullness, quien en una de sus conferencias nos comenta que, según estudios de excelentes investigadores internacionales, si practicas mindfulness veinte minutos diarios, cinco días a la semana, tras varios meses observarás resultados positivos y, en consecuencia, posibles mejoras en tu productividad profesional y laboral.

Como hemos comentado, el bienestar de las personas, su motivación y su felicidad contribuye a reducir el absentismo y las bajas laborales , a incrementar la implicación del equipo, a generar personas mas resilientes, ayuda en la superación de retos, motiva el intraemprendimiento, aumenta la proactividad en la plantilla, mejora el trabajo en equipo, motiva el compañerismo dentro de la organización y arraiga el sentimiento de pertenencia, entre otros aspectos. Y todo ello afecta a la productividad.

Sin embargo, si bien no se trata de largas profilaxis, sí es cierto que, como en un fórmula química o hechicera, es necesaria e imprescindible la combinación de todos los elementos e ingredientes citados en este artículo para obtener la magia de la productividad, es decir, espacios abiertos, hibridación de talento y la práctica hábitos saludables como: la correcta alimentación, el ejercicio físico y el mindfulness.

Un estudio realizado por ISS World ‘Nutrición saludable en el workplace’ destaca que el 85% de los trabajadores tiene interés en que la empresa facilite información sobre cómo tener una alimentación saludable en el lugar de trabajo.

Muestra que los principales frenos de las empresas para el desarrollo de políticas efectivas de promoción de la salud entre el equipo humano son: los hábitos culturales poco adecuados (74,3%), la falta de conocimiento (56,4%) y los costes de implantación (46,1%), la poca implicación de las instituciones y el marco normativo favorable (30,7%)

Un claro ejemplo real de está buena praxis implementada en una organización es el caso de la entidad liderada por Ana Botín, Banco Santander , que incluso ha creado una figura denominada Directiva de Salud y Bienestar de los Empleados y que lleva varios años creando programas en favor del bienestar de sus empleados, tanto en el trabajo como en sus vidas personales y, ahora durante la pandemia, acaba de dar otro paso muy importante en este camino: la creación de la .

Siempre digo que el activo más importante y valioso de una organización es el capital humano , el talento, las personas, por tanto, su cuidado físico y mental, su equilibrio emocional y motivacional debe ser la máxima prioridad para la empresa y sus directivos.

Estamos ante una transformación e innovación cultural que no es baladí para las organizaciones, tanto públicas como privadas, y el éxito dependerá de la capacidad de la dirección y de su nivel de liderazgo innovador de cada organización para convencer y no vencer, para motivar, para informar, para concienciar, para incentivar y, especialmente, de formar a toda la organización con los recursos necesarios para que el reto sea un éxito.

Solo tendrá posibilidades de éxito si la implicación, el compromiso y la práctica de los programas es universal y aspirada, tanto de abajo arriba como de arriba abajo, jerárquica y transversalmente, por toda la organización. Estamos ante un reto, saludable y productivo, de todos, en equipo.

Es fácil, ¿quién no quiere ser más feliz, tener mejor salud y ganar más? Simplemente hay que poner foco en la motivación , en los hábitos saludables y, por ende, en la productividad individual y en la del equipo.

Manuel Bonilla es consultor en Estrategia, Gestión del Cambio e Innovación de Organizaciones

www.manuelbonilla.es

@manuelbonilla94