El juez y escritor José María Asencio: «La información está en un clic, el conocimiento en horas bajo un candil»

En su componente más literaria, narra «la historia de un joven escritor que vive en el Raval de Barcelona , el barrio creativo, bohemio, actualmente un poco denostado por peligrosidad que no es tal, y persigue a una chica que conoce en un sueño y a raíz de eso vive una serie de experiencias».

Contrapone así su entorno más cotidiano, esa barriada de la capital catalana, con otros espacios visitados en París, Belgrado, México DF... «Se trata de un viaje vital en el que importa el viaje en sí, más que la llegada , como siempre».

En este caso, el confinamiento le ha cogido ya con la novela terminada a falta de los últimos retoques, con lo que no hay influencia de la pandemia o sus vivencias en este relato.

«Hay una crítica a la información en contraposición al conocimiento, en Internet hay ríos y ríos de caudalosa información, la información es muy sencilla, un simple clic, mientras que el conocimiento representa esfuerzo y horas bajo un candil», describe Asencio, Jefe de Relaciones Externas e Institucionales de la Escuela Judicial Española en excedencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

Su padre es catedrático de Derecho y en el Colegio de Abogados de Alicante tuvieron un recuerdo para él y elogios a esta vertiente literaria de Asencio durante la presentación de esta novela, que también se dará a conocer el próximo 30 de septiembre en el Círculo del Liceo de Barcelona.

«Siempre he sentido inquietud por las artes, la literatura y el cine clásico, toco el piano y la guitarra», explica, acerca de su motivación para escribir, con un espíritu cosmopolita labrado tras vivir en Barcelona, Madrid, Bruselas y antes con su familia en Alicante. En especial, le ha inspìrado su estancia en Paris, estudiando y cuando empezó a anotar todo lo que veía y sus reflexiones, que ha ido plasmando en una historia, que «no fue una idea premeditada, la de escribir la novela».

Visitante convencido de la belleza de Cataluña y otras zonas de España, Asencio distingue dos formas de recorrer el mundo: «He criticado mucho la figura del turista, comparado con el viajero ; el primero pasa por encima del lugar, de la experiencia, el viajero se introduce en cada uno de estos lugares; para uno el hallazgo se reduce a una simple chincheta en un papel, banaliza la aventura, es el sacrilegio del viaje vital; se trata de el excursionista contra el peregrino ».

Por encima de todo, reivindica «la vivencia, no la plasmación en la red» y aunque su novela «está teniendo su repercusión, ahora no es el momento de escribir más, no se trata de una producción en cadena».

En la creatividad no hay prisas ni tiempos, a su entender. «Para escribir, pintar, componer, hace falta vivir, tener experiencias , la reflexión, la soledad... salvo Marcel Proust, que comía croissants encerrado», opina este polifacético jurista y escritor. «La próxima novela, si viene, ya vendrá», apostilla.