La extraña desaparición en Jersón del jubilado español que se rebeló contra la invasión rusa

Según relata su entorno más cercano en la ciudad ucraniana de Kherson , tomada por las tropas rusas, diferentes personas han ido acudiendo estas últimas semanas a la comisaría, donde supuestamente se encuentra encarcelado este español nacido en la localidad valenciana de Carlet. Allí, apuntan, se han topado con diferentes argumentos de los soldados, quienes aseguraron que Mariano -también conocido como Mario- había sido liberado y, posteriormente, que no aceptarían su marcha hasta que se reconociera este municipio como parte de la Federación Rusa.

Su amigo Julio Suárez , que ha vivido en Kherson durante varios años, duda sobre la veracidad de las informaciones que llegan desde las dependencias policiales. «Nos dijeron que lo habían liberado y que seguramente estaba escondido por miedo», asevera a ABC . «Nos han mentido de nuevo y es miserable que no nos digan la verdad con todo lo que estamos pasando», añade este empresario español, que ya desmintió la semana pasada las falsas expectativas creadas con la primera supuesta excarcelación de este veterano de guerra enfrascado en tareas humanitarias con el ejército ucraniano.

«Este viernes mi hijo Vitaly fue al apartamento de Mariano y preguntó a los vecinos, quienes le indicaron que los dueños del piso donde vive entraron a la vivienda y se la encontraron vacía », expone Julio a este periódico entre lamentos e indignación «por no saber nada más sobre su amigo», al que consideraban «una persona muy querida» en esta localidad a las orillas del Mar Negro.

Al respecto, el Ministerio de Asuntos Exteriores continúa sin dar detalle sobre el paradero de este español de 74 años ni tampoco sobre las actuaciones efectuadas para negociar su liberación, después de que fuera detenido en una manifestación contra la invasión rusa el pasado 19 de marzo. Desde entonces, este periódico ha tratado de ponerse en contacto con él en diferentes ocasiones, sin recibir respuesta alguna.

No obstante, la Oficina de Información Diplomática española mantiene abierta una investigación sobre esta presunta desaparición a través de la embajada en Kiev, provisionalmente trasladada a Varsovia tras la llegada del ejército ruso a Ucrania. Por el momento, desde el Gobierno siguen sin confirmar su detención, aunque tratan de esclarecer el caso «a pesar de las dificultades de la guerra».

Las fuentes consulares no han podido corroborar el estado de salud ni el paradero de Mariano a sus familiares en Carlet y Benimodo, desde donde tratan de contactar con él a diario sin éxito. «El papá sabe cuidarse y no va a volver» , llegó a decirles a sus hijos cuando le pidieron que regresara a España, según relató el propio jubilado valenciano a este diario el pasado 7 de marzo.

Tanto Vitaly Suárez como otros amigos, preocupados por la inquietante desaparición, han peinado toda la ciudad de Kherson para tratar de localizar a Mariano, del que incluso temen que ha podido ser trasladado a dependencias de la Federación Rusa en Crimea o, en el peor de los casos, que le ha podido ocurrir algo peor. Una situación por la que, según detallaron, «estarían dispuestos a pagar un rescate para sacarlo de allí».

En la entrevista que concedió a ABC hace un mes, este funcionario jubilado dejó patente su voluntad de permanecer en Ucrania «pasara lo que pasara» y que ayudaría «hasta la muerte» a este pueblo , del que quedó prendado por las historias que le contaba su padre sobre el éxodo de refugiados españoles a Odesa tras la Guerra Civil.

Desde 2014, colabora con el ejército ucraniano y con sus familias en labores humanitarias como la recolecta y entrega de alimentos, ropa, materiales y medicamentos . «Un héroe español», así se definía Mariano tras recibir la medalla por el mérito y honor en Kherson, desde donde afirmó hace semanas que sería perseguido por el ejército ruso por su vinculación con las milicias del país donde vive. «Van a venir a por mí, lo tengo claro», subrayó.

Al respecto, preguntado por su opinión sobre Vladímir Putin , Mariano llegó a calificarlo como «el mayor asesino a nivel político que causará la Tercera Guerra Mundial » y que «si viniera a darle la mano se la cortaría con un machete en un segundo y se la tiraría al cuello».

Durante sus últimas declaraciones antes de desaparecer hace dos semanas, llegó a solicitar al Gobierno español y a la OTAN que incrementaran su ayuda militar a Ucrania, ya que «si estuvieran aquí se darían cuenta que los castigos que aprobaron no son proporcionados».