Confinamiento en Valencia: el descontrol del coronavirus augura un nuevo encierro domiciliario

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Al respecto, el Ejecutivo que preside el socialista Ximo Puig ya se plantea solicitar formalmente al de Pedro Sánchez un cambio en la normativa que le permita ordenar un confinamiento domiciliario en la Comunidad Valenciana similar al de marzo del pasado año, aunque con matices.

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La Generalitat aboga por una suerte de confinamiento parcial , en el que solo se permitiera salir a la calle para trabajar o ir a clase, así como para acudir al médico o realizar compras básicas. Compromís defiende esta postura, mientras que Podemos aboga por un cierre más duro que, además, incluiría la clausura de los colegios, institutos y universidades durante varias semanas. Mientras el PSPV-PSOE , socio mayoritario del Gobierno valenciano, ha pasado en días de rechazar la idea de un nuevo encierro de la población a asumir esta posibilidad ante el grave cariz que ha tomado la pandemia del coronavirus tras las fiestas navideñas, con los hospitales desbordados y las morgues al límite.

Este sábado, Ximo Puig admitió por primera vez que «no se puede descartar nada» al ser interrogado sobre la opción de solicitar en el próximo Consejo Interterritorial de Salud un cambio en el estado de alarma que permita a las comunidades autónomas decretar un confinamiento domiciliario. Esta alternativa ya había sido apuntada un día antes por la vicepresidenta de la Generalitat y líder de Compromís, Mónica Oltra .

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Para Ximo Puig el confinamiento domiciliario era la última opción. De hecho, rechazó el pasado lunes la propuesta realizada por sus socios de Compromís en la reunión en la que se abordaron las últimas medidas contra el Covid-19 . Pero las tornas han cambiado en cuestión de pocos días.

En Presidencia de la Generalitat se daba por hecho que tras las fiestas navideñas se produciría un repunte de contagios del coronavirus durante dos semanas, pero esperaban a partir de entonces una estabilización. Sin embargo, los últimos datos, ya por encima de los 6.000 positivos diarios, resultan inasumibles.

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Los partidos que forman el Gobierno valenciano asisten con impotencia al escaso impacto que han tenido las últimas restricciones contra el Covid-19 y temen que las medidas en vigor hasta finales de este mes , como la ampliación del horario del toque de queda, el confinamiento perimetral de veintinueve municipios o el cierre de la hostelería a las cinco de la tarde, no logren frenar la escalada de casos de coronavirus, que esta semana ha pulverizado todos los registros desde que comenzó la pandemia con 20.548 nuevos contagiados. Desde el pasado lunes, además, la Conselleria de Sanidad ha notificado 213 fallecimientos como consecuencia del Covid-19 .

La Comunidad Valenciana encabeza la presión hospitalaria tanto en planta como en la UCI (con el 35 por ciento de las plazas ocupadas por pacientes con coronavirus ) de toda España y la Generalitat ya ha suspendido las operaciones no urgentes y ha habilitado camas en los hospitales de campaña de Valencia, Alicante y Castellón.

La incidencia acumulada del Covid-19 en la región roza los cuatrocientos contagios por cada 100.000 habitantes, de acuerdo con los últimos datos del Ministerio de Sanidad. Con todo, el dato que más preocupa a las autoridades es el de la tasa de positividad, que se sitúa por encima del veinticinco por ciento. Se trata del porcentaje más alto de todo el país y el indicador de que la curva de contagios, hospitalizaciones y muertes seguirá creciendo las próximas semanas.

En este escenario, la Generalitat tratará de acelerar el plan de vacunación contra el coronavirus (esta semana el personal sanitario ya ha comenzado a recibir las primeras dosis). Desde el 27 de diciembre hasta este viernes, el Gobierno valenciano había vacunado a 21.500 personas.

En un territorio con cerca de cinco millones de habitantes y con la pandemia descontrolada, las vacunas se antojan insuficientes para frenar la propagación del Covid-19 y los próximos movimientos políticos apuntan a una presión hacia el Gobierno central para que permita decretar confinamientos domicilarios similares a los de la primavera del pasado año.