La comunidad judía denuncia que el Gobierno de Sánchez «alienta el antisemitismo» y «valida» el discurso terrorista

La comunidad judía denuncia que, con este lema, Rego validó «la causa de organizaciones consideradas terroristas» por la Unión Europea como son Hamás, Yihad Islámica y el Frente Nacional de Liberación para Palestina (Fplp). Además, subrayó que dicho eslogan está considerado «antisemita por la Cámara de Representantes de Estados Unidos».

En particular, subrayó que hablar en estos términos «supone la eliminación de Israel y de sus habitantes» y destacó que «es un lema que también aparece en los mapas en diversas concentraciones y que borran a Israel».

Por su parte, el ministro de Derechos Sociales y Consumo, Pablo Bustinduy, escribió cartas a empresas españolas con negocios en Israel pidiendo que «no contribuyan al genocidio en Palestina», requiriéndoles información que acredite que están respetando los derechos humanos ante los ataques israelíes a Gaza.

La comunidad judía cargó también contra la exposición que ha programado el Museo Reina Sofia, dependiente del Ministerio de Cultura -en manos del ministro Ernest Urtasun-, bajo el lema 'Desde el río hasta el mar'. Se trata de la misma frase utilizada por la ministra Sira Rego y que igualmente rechaza al vislumbrar en ella una «pretendida intención de solidarizarse con Gaza partiendo de que Israel practica el genocidio, masacre y limpieza étnica según los extractos de las actividades del programa».

El comunicado insiste en que estos actos «pueden incitar al odio y alientan el antisemitismo que se ha disparado en España». «Los judíos españoles hemos recibido ataques en nuestras casas, propiedades, centros comunitarios, insultos, amenazas y amedrentamiento», asegura.

En la misma línea, denuncia que los estudiantes universitarios judíos «están siendo insultados, sufren acoso e incluso se ha llegado a escupir a una persona en la cara» e incluso resalta el caso de una mujer agredida en plena calle de Madrid «por ser judía».

Ante esta situación, relata que sus colegios están custodiados por la Policía Nacional y los judíos acuden a las sinagogas bajo custodia policial, «lo que, en un país democrático, es cuando menos, una anomalía».

Para concluir, recordaron una vez más «la necesidad de que todas las instituciones y personas con responsabilidad pública, hagan uso de dicha responsabilidad para mantener el respeto y la paz social».