El pistolero de Tarragona justifica su eutanasia por estar parapléjico y sin una pierna

Marin Eugen Sabau acude a declarar ante la juez de forma voluntaria y argumenta que no escuchó como los negociadores de los Mossos antes de ser neutralizado

La juez autoriza la eutanasia que las víctimas del pistolero de Tarragona pidieron parar

El pistolero de Tarragona Marin Eugen Sabau ABC

Elena Burés

Barcelona

Marin Eugen Sabau ha declarado voluntariamente ante la juez que instruye la causa por el tiroteo en el que hirió a tres trabajadores de la empresa Securitas en Tarragona, el pasado diciembre, así como a dos agentes de los Mossos d'Esquadra durante ... su huida. El pistolero está acusado de tentativa de homicidio, aunque tras solicitar la eutanasia, si el proceso prospera, no llegará a juicio. Durante su comparecencia esta mañana, según ha podido saber ABC, el individuo de 46 años y nacionalidad rumana, ha justificado que tras ser neutralizado por la Policía se ha quedado parapléjico, la falta una pierna y sufre fuertes dolores en un brazo y en el pecho.

Sabau, que cumple prisión preventiva en el Hospital Penitenciario de Tarrasa (Barcelona), ha declarado por videoconferencia y solo ha contestado a preguntas de su abogado. Primero, para defender su muerte asistida por las lesiones que sufre, y después para tratar de justificar su actitud cuando el grupo de élite de los Mossos consiguió detenerlo. Según su relato, cuando se atrincheró en una masía de Riudoms (Tarragona) no escuchó a los negociadores, que le pedían entregarse. Contradiciendo así la versión de los uniformados.

Además, a pesar de que abrió fuego contra los agentes, el vigilante de seguridad ha esgrimido que había dejado su arma larga -un fusil- en el vehículo en el que huyó tras disparar contra tres de sus compañeros, y que encima solo portaba dos pistolas, según ha dicho, «descargadas». Así, ha proseguido, «no escuchó nada», hasta que un disparo impactó en una piedra, bajo el pino en el que se había «refugiado».

Un segundo tiro le alcanzó en el pecho, pero llevaba puesto un chaleco antibalas. Ha indicado que entonces cayó al suelo, que vio a cinco mossos rodeándolo y que no recuerda nada más, hasta que despertó en el hospital.

La declaración de Sabau se ha producido de forma voluntaria -cualquier investigado puede solicitar comparecer ante el juez cuando considere-, después de haberse acogido a su derecho a no hacerlo en anteriores ocasiones.

Luz verde a la eutanasia

Cabe recordar que el Juzgado de Instrucción 5 de Tarragona rechazó la pasada semana el recurso de los dos mossos heridos por el pistolero para paralizar el proceso de eutanasia que evitará que se le juzgue por el ataque. En un auto, su titular indicó que la ley no le atribuye competencias para decidir sobre dicha cuestión -«correspondiendo a los médicos responsables y a la verificación por la Comisión de Garantía y Evaluación»-, y que la normativa estatal no regula de forma específica la situación de aquellos que se encuentren en «prisión provisional o sujetos a un procedimiento judicial».

También que tienen «prioridad» los derechos a la integridad física y moral y a la dignidad, libertad y autonomía antes que el de la tutela judicial efectiva, tal y como esgrimió el letrado de los agentes heridos, José Antonio Bitos, que volvió a recurrir dicha decisión ante la Audiencia Provincial.

Por el momento, el proceso para que Sabau acceda a la eutanasia sigue su curso. El médico supervisor de la petición tiene que emitir un informe que elevará a la Comisión de Garantías y Evaluación que, a su vez, tendrá un plazo de 45 días para resolver y dar, finalmente, el visto bueno a su muerte asistida.

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