Locos por los «correbous»

«Enorme vitalidad»

Un ejemplo es Amposta, donde esas fiestas se están viviendo con «enorme vitalidad, quizá más que nunca» para reivindicar la permanencia de esta tradición. «La gente ha salido a la calle para defender lo suyo», explicó a EP el alcalde de Amposta, Manel Ferré, en referencia al riesgo de prohibición de los «correbous» en Cataluña. Las pancartas en defensa de los «correbous» han protagonizado el ambiente festivo, pero el acto más multitudinario tendrá lugar el próximo sábado con el Concurso Nacional de Emboladores, en el que se esperan «más de 6.000 personas». El Ayuntamiento prevé este año una presencia de público masiva, llegado de todas las tierras del Ebro. La prohibición de las corridas de toros, que ha puesto en peligro los «correbous» al centrar la atención internacional sobre estos festejos populares, ha tenido otro efecto secundario al extremar las precauciones que se toman para no causar daño al animal. El Código de Buenas Prácticas se está vigilando «a rajatabla».

«No podemos permitirnos el más mínimo exceso que de solidez a las críticas", añadieron fuentes de la Delegación de la Generalitat en la comarca. Mientras la fiebre por defender la esencia taurina de sus fiestas inunda Amposta, las miradas de los animalistas se centran estos días en los «bous de mar» de las Cases d'Alcanar, donde el éxito de los recortadores pasa por el que toro caiga al mar tras la embestida.

En las tierras del Ebro funcionan 33 comisiones taurinas, 24 peñas taurinas y otras seis de

emboladores. En total, representan a más de 5. 000 personas, según datos de la Delegación de la Generalitat.