C. Tangana, apoteósica noche de fiesta en el Sant Jordi

El cantante pasó por Barcelona como un ciclón y coronó la presentación de 'El madrileño' con cameos de Estopa y Kiko Veneno

C. Tangana, durante una actuación DE SANBERNARDO

Un tipo tirando bases, una camiseta imperio y unas cuantas llamaradas, quizá un par de motos rugiendo cuando la noche era especialmente relevante, era hasta ahora todo lo que necesitaba C. Tangana para defenderse sobre un escenario. Piernas arqueadas, chándal de diseño y ... una batidora de trap y hip hop para construirse estribillo a estribillo como ídolo de las músicas urbanas. Pero eso, claro, era antes de 'El madrileño'. Antes de que Antón Álvarez se abalanzase con hambre voraz sobre las músicas latinas, el flamenco y la rumba y acabase reescribiendo la cultura popular, el folclore y la canción española, con caligrafía sintética del siglo XXI.

Del mismo modo que un gran poder, ya lo advertía el superhéroe arácnido, conlleva una gran responsabilidad, un gran disco necesita de un trasvase al directo de altura. Una superproducción de factura impecable y ambición ingobernable como la que pasó el sábado por el Palau Sant Jordi de Barcelona. Sí, Sant Jordi en el Sant Jordi. Entradas agotadas, euforia arrebatada y el ciclón Tangana desatando una tormenta de aúpa sobre el escenario.

Así, después de que la borrasca se cebase con la ciudad por la mañana, Puchito remató la faena por la noche con otro chaparrón, mucho más gozoso, ante el que nadie protestó. Al contrario: si alguien hubiese instalado un 'disfrutómetro' en la montaña de Montjuïc, los registros hubiesen sido de récord. Noche de fiesta generosa en jaleo de palmas, injertos de electrónica oscura, aproximaciones a la bachata y la bossa nova e invitados de lujo como Kiko Veneno, Estopa y Jorge Drexler. Noche histórica y apoteósica tras la que, seguro, nada volverá a ser lo mismo en las grandes ligas del pop español.

En un escenario habituado a las grandes gestas, a los faraónicos montajes hipertecnológicos, C. Tangana subió el listón con una fastuosa producción que conjuga la estética cinematográfica y el espíritu hedonista de las madrugadas canallas. Imagen de alta definición y espíritu febril de tablaos y corrales. Sobre el escenario, una treintena larga de músicos ( vientos, cuerdas, coristas, palmeros, percusiones, guitarras y teclistas; que no falta de nada) arropan al madrileño y le permiten brincar de la inaugural 'Still rapping', remanente de sus días de rapero puro y duro, al corrido mexicano, la bachata y el bolero de 'Cambia!', 'Bobo' y 'Te venero', esta última a dúo con una soberbia Rita Payés . «¡En vivo y en directo! Nadie se esperaba que hiciera en vivo y en directo», bromeó el propio Tangana antes de seguir ahondando en su colosal transformación de aprendiz de Drake a majestuoso maestro de ceremonias de la música popular española.

Estopa y 'Tu calorro'

De 'Yelo' a 'Ateo' y de 'Nominao' a 'Demasiadas mujeres', el cantante pasea por el filo del trap y la bachata, el tecno y la copla, mientras reproduce plano a plano una película que parecía imposible sacar de su cabeza y se dirige, gafas de sol y traje de bolerista macarra mediante, hacia una de las cumbres de la noche: esa sobremesa festiva y arrolladora con la que reproduce en formato XL el Tiny Desk de 2021. Jolgorio flamenco de la mano de La Húngara y El Niño de Elche, alegría desmedida y el oído siempre atento para sintonizar grandes éxitos de Ketama, Ray Heredia, Navajita Plateá, Alejandro Sanz o New Order. También para acabar de meterse el Sant Jordi en el bolsillo dando paso a unos Estopa que subieron la temperatura unos cuantos grados con 'Tu calorro'. «La mitad de mi disco está escrito pensando en Estopa», reconoció Tangana justo antes de que a los hermanos Muñoz se les sumase Kiko Veneno para atacar 'Los tontos'.

Juego, set y partido para un artista que, a esas alturas de la noche, aún mantenía a buen recaudo algunas de sus mejores canciones. Hablamos, claro, de 'Comerte entera', 'Tú me dejaste de querer', 'Llorando en la limo', 'Nunca estoy' o 'Antes de morirme', idas y venidas por casi todas sus encarnaciones que, entre pellizcos flamencos, briosos arreones salseros y guiños al 'Suavemente' de Elvis Crespo, Tangana dispuso en el tramo final de una noche de impacto inagotable. Una noche histórica en el sentido más literal de la expresión.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios