Cinco museos imprescindibles de Cataluña
La oferta cultural es amplia, sobran los espacios que visitar. Aquí, algunos que ameritan la visita
La casa de Salvador Dalí, en Portlligat
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La casa de Salvador Dalí, en Portlligat
Casa de Salvador Dalí
El museo, como tal, más visitado de Cataluña es el Teatro Museo Dalí de Figueres , que recibe más de millón y medio de visitantes al año. El teatro reconvertido en museo por el artista puso a su Figueres natal en el mapa mundial, justamente como él lo había previsto. El universo del artista se comprende (en la medida de lo posible) a través de sus surrealistas salas. En la casa de Portlligat el histrionismo del artista es menor (aunque no por ello desaparece, la piscina es alucinante). Ahí se puede conocer un Dalí más íntimo, sin la careta y fuera del papel, que disfrutaba de la naturaleza y el paisaje mediterráneo. La lejanía, a un costado de Cadaqués, así como la reserva necesaria para poder entrar (se limitan los visitantes), han permitido que, así como fue refugio del artista, lo siga siendo.
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Es uno de los museos más vistos de Cataluña
Museo del FC Barcelona
Recibe casi tantos visitantes como el museo de Dalí, a pesar de que la entrada es casi 10 euros más cara (14 euros cuesta entrar al museo de Figueras, 23 al del Camp Nou). La visita permite recorrer la historia del club culé, sus trofeos, así como los diferentes espacios del estadio, como la zona mixta, los vestidores de los visitantes, la sala de prensa y el palco de los periodistas, así como el campo de juego. Hay gente que viene desde todos los puntos del planeta a conocer el estadio y besar su césped. Si no se es fan del futbol, la gastronomía es una excelente excusa para visitar el Camp Nou. Dentro del estadio, junto a palcos, se encuentra el restaurante Roma 2009, regentado por los hermanos Iglesias (Rías de Galicia, Cañota, Bobo Pulpín, Bellavista del Jardín del Norte, Espai Kru). Además, en la entrada al museo se ubica el restaurante Tapas 24, del reconocido chef Carles Abellán, en donde las tapas son de primerísimo nivel.
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Los Reyes en una inauguracion en la Fundación Miró
Fundació Joan Miró
La Fundación recibe poco más de un millón de visitantes al año . Es uno de los principales reclamos de la montaña de Montjuïc y se puede acceder a él en bus, teleférico o en el funicular, además de a pie y en transporte particular. El edificio es en sí mismo digno de una visita, realizado por el amigo personal de Miró, Josep Lluís Sert (quien también realizó su casa estudio en Mallorca). La incorporación del edificio al entorno y a las vistas de Barcelona es material de “selfies” cada día. Además de la colección particular del artista, la fundación es reconocida por albergar exposiciones temporales de distintos ámbitos, especialidades y corrientes, así como por su constante apoyo a los artistas jóvenes del país y de otras latitudes.
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Una exposicion de lucha libre mexicana en el CCCB
CCCB
El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona es parte de la apuesta por el Raval que se hizo a finales del siglo pasado y principios de este. A diferencia de su vecino, el Macba, el CCCB da de qué hablar no creando polémica, sino discursos constantes con sus visitantes y la ciudad que le arropa. Las actividades que aquí se realizan para enaltecer la cultura en todas sus corrientes son muy bien acogidas por los barceloneses, que abarrotan sus salas y no se pierden ninguna convocatoria. Es increíble que en tan poco tiempo (se fundó en 1994) el espacio haya logrado ganarse el corazón de la ciudad (nunca mejor dicho, por su ubicación). Kosmopolis, por ejemplo, su plataforma para la literatura, abarrotó hace un par de meses las diversas salas del recinto con motivo de la visita de la premio Nobel Svetlana Alexievich, a quien ya había traído un par de ocasiones antes, antes incluso de que recibiera el renombrado premio. ¿Premonición? El CCCB es, sin duda, un espacio al que seguirle la pista para estar al tanto de lo que está pasando en la cultura mundial y local.
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