El asesino de Olot mató por problemas económicos
Pere Puig, el cuádruple homicida, no pudo cobrar en el banco las mensualidades que le debía la empresa de dos de las víctimas
«Ya me quitaré el frío», le ha dicho a un vecino, el único con el que se ha cruzado antes de llevar a cabo su macabro plan. Y se lo ha quitado. Vaya si se lo ha quitado. Las versiones de los vecinos son ... contradictorias, pero todos coinciden en un punto: el dinero. El vil metal es lo que ha empujado a Pere Puig a salir a la calle armado con un rifle de caza dispuesto a quitarle la vida a Joan y Àngel Tubert, responsables de Construccions Turbet; y a Rafael Turró y Anna Pujol, empleados de la sucursal de CAM de Olot.
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No queda claro si a Puig, albañil de profesión y empleado por los Tubert, le habían despedido ya o si estaban a punto de hacerlo, pero tanto lo uno como lo otro le habrían impulsado a cobrarse venganza y llevarse por delante a los Tubert. Lo ha hecho a primera hora de la mañana, en el bar en el que siempre almorzaban sus dos jefes, y a pocos metros de una de las obras que la constructora estaba realizando en La Canya (Olot).
Venganza financiera
El mal momento que atravesaba la empresa constructora es otro de los puntos que ha conseguido poner de acuerdo a casi todos los vecinos, aunque mientras que para algunos Construccions Tubert estaba a punto de bajar la persiana definitivamente, otros recordaban como el propio Joan Tubert les había dicho que tendrían que despedir a algún empleado, entre ellos a Puig, para hacer frente a la mala racha del negocio.
Los motivos del ajuste de cuentas de Puig con la entidad bancaria también son variados aunque, como antes, todos tendrían que ver con el dinero. O, mejor dicho, con la falta del mismo. Así, algunos vecinos apuntan que el cuádruple homicida habría reaccionado así tras no poder cobrar un cheque que debía cubrir bien el finiquito bien los meses de sueldo que le debía la empresa. Otras fuentes, en cambio, deslizaban la idea de que Puig se había visto involucrado en un crédito cuyo coste no podía afrontar y que habría puesto su piso a las puertas del embargo.
Según estas mismas fuentes, Puig habría matado a Turró y Pujol tras la negativa de estos a ayudarle a encontrar alguna solución para afrontar el impago del crédito.
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