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Sergi Doria - Spectator in Barcino

Colau, un runrún destructivo

Ada Colau, en un acto reciente EFE

Sergi Doria

Lo mínimo que se le puede exigir a un alcalde de Barcelona es que se moleste en conocer la ciudad y sus vecinos. Pasqual Maragall, socialista de la burguesía de San Gervasio con estudios en Estados Unidos, quiso conocer a todos los barceloneses. «¿Qué es la ciudad sino su gente?», decía.

... Tras el éxito mundial de los Juegos, el alcalde descendió de las alturas; quería «tocar de peus a terra», compartir la vida cotidiana de veinte hogares barceloneses. Así lo recuerda Lluna Pindado en el documental ‘Maragall i la Lluna’ (2021). La actual actriz tenía ocho años cuando el alcalde y su esposa, Diana Garrigosa, pasaron una semana en su diminuto piso de Roquetes, distrito de Nou Barris. Maragall durmió la primera noche en una pequeña cama: tan pequeña que se le salían los pies. Para evitar la incomodidad, sus padres cedieron a los inesperados huéspedes el dormitorio de matrimonio. Cuando Lluna contó en el colegio que hospedaba en su casa al alcalde de Barcelona se lo tomaron a broma. Para demostrar que no mentía, Maragall le acompañó un día a clase.

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