Junts y ERC encarecen su apoyo al Gobierno tras la «operación Volhov»

Por el momento, ambas formaciones secesionistas -que suman 17 diputados en el Congreso- han evitado dar un portazo definitivo al Gobierno , pero se han esforzado en escenificar su enfado deslizando posibles consecuencias en las conversaciones que mantienen PSOE y Unidas Podemos para mantener a flote la mayoría de la investidura. En una entrevista conjunta en TV3, Elsa Artadi (Junts) y Marta Vilalta (ERC) han enumerado sus reproches que van de la «mesa de diálogo» Gobierno-Generalitat al decreto de estado de alarma, pasando por los PGE .

«La mesa de diálogo se tiene que transformar. Este instrumento no ha funcionado» , ha afirmado Artadi. «Se reunió una vez y fue una foto», ha confirmado Vilalta. Como viene siendo habitual en los últimos tiempos, los neoconvergentes se han mostrado más contundentes con Sánchez, y Esquerra ha tenido que endurecer el tono para no quedar atrás.

«Como siempre Pedro Sánchez en 48 horas se enmienda a sí mismo, miente claramente hablando de un co-gobierno que no existe», ha resaltado Artadi antes de afirmar que su intención es no dar un «sí acrítico» al Gobierno. «Tampoco un no a todo, queremos hacer política», ha matizado. « No podemos seguir dando carta blanca al gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias porque sino, que miedo, viene la derecha», ha zanjado mientras deslizaba su disgusto por el contenido y las formas en que se ha negociado el nuevo decreto de estado de alarma.

Por su parte, Vilalta ha asegurado que en ERC están «indignadísimos y cabreadísimos» por la operación policial de ayer, pero que ello no hará desistir a los republicanos de su intención de buscar una solución al conflicto catalán. Acto seguido, ha iniciado sus reproches. «Si bendicen esto (las detenciones) están dificultando mucho cualquier escenario de acuerdo», ha aseverado en referencia a Sánchez y Marlaska. Paralelamente, ha resaltado que a los republicanos no les gusta la propuesta d estado de alarma presentada por el Gobierno y que por ello, presentarán enmiendas para que sea el Parlament quien «controle» su aplicación.