La caída de Oriol Soler, el enlace del independentismo con Julian Assange
Soler se reunió en noviembre de 2017 con el activista australiano, asilado entonces en la Embajada de Ecuador en Londres
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEl 9 de noviembre de 2017, el empresario independentista catalán Oriol Soler , detenido este miércoles en el marco de la operación Volhov por financiar la estructura de «Tsunami Democràtic» , fue a visitar a Julian Assange en la embajada ecuatoriana en ... Londres, donde el activista australiano estaba asilado entonces. Eran las semanas posteriores al referendo de independencia ilegalizado por la justicia española, y Carles Puigdemont había declarado la independencia y la había suspendido hacía apenas un mes. El independentismo buscaba apoyos internacionales. Visto desde afuera, Assange era una opción excelente: ídolo de una buena parte de la izquierda, apoyado por colectivos de hackers como Anonymous, y con excelentes relaciones con Rusia y todo su entramado de desinformación.
Minutos después del encuentro, Assange publicó uno de los que considero uno de sus mensajes más incendiarios sobre el procés en Twitter: «Por qué me interesa Cataluña. Los ataques a Wikileaks: espionaje electrónico, censura, corrupción judicial, detenciones, extradiciones, prisión, exilio, bloqueos financieros, noticias falsas, propaganda, presión sobre estados aliados. Los ataques a Cataluña: exactamente los mismos». Es decir, en opinión de este hacker australiano, creador de Wikileaks, la crisis catalana era un episodio más en una gran guerra librada por las potencias occidentales, incluidos Europa y EE.UU., contra un último reducto de libertad , encarnado por movimientos rebeldes como el independentismo y la legión de hackers que le sigue a él. Él mismo definió la crisis del referendo como «la primera guerra mundial en internet».
Unos días después llegó a la redacción de El País de buenas fuentes, cuando yo era aun director adjunto del diario, una serie de imágenes que revelaban esa visita del empresario Soler, acompañado por otro activista, Andreu Grinyó , director de marketing del supermercado Ulabox. Aquellas imágenes se publicaron en la portada de aquel diario, con el titular: «Un ideólogo clave en la secesión se reunió con Assange en Londres». A mis manos llegó, de forma paralela y bajo petición de confidencialidad, un informe completo de diez páginas sobre la visita de Soler, con detalles sobre logística, pero sin referencia a las conversaciones internas.
Posteriormente supe que aquel informe era obra de un grupo de investigadores y agentes de seguridad españoles a sueldo del gobierno de Ecuador que en teoría debían garantizar la seguridad de Assange en Londres , con un coste total para el Estado ecuatoriano de más de 4 millones de euros. La empresa contratada por los dos últimos gobiernos ecuatorianos, UC Global, tiene sede en Jerez de la Frontera. En el informe en cuestión, redactado en español y titulado genéricamente «Cataluña», UC Global asegura que la entrevista duró tres horas y «una vez finalizada todos marchan de buen humor, por lo que entendemos la misma tuvo buen resultado».
El informe de UC Global, que seguía muy de cerca a Assange, afirma claramente que el «acercamiento a las posturas y apoyos a la causa independentista catalana mostrado por Julian Assange durante los recientes hechos relativos a la rebelión del gobierno de Cataluña ante las autoridades gubernamentales e institucionales españolas son fruto de las relaciones que J. A. mantiene con enlaces y organizaciones relacionadas con el independentismo radical catalán».
El documento contiene además varias imágenes que no se llegaron a publicar en 2017 por la cautela que pidieron las fuentes de los servicios de inteligencia que nos lo facilitaron. Una de ellas muestra un momento de la reunión. Ahora creo que procede publicarla .
Presidiendo la mesa, Assange; a su izquierda, su abogada, Stella Morris, y, frente a ella, Soler y Grinyó. ¿Qué hacían el líder de Wikileaks y su representante legal y dos empresarios cercanos al nacionalismo catalán en aquella mesa? Yo pregunté a Soler sobre su conversación con Assange, públicamente, en redes sociales, pero eludió dar respuesta. Nunca explicó si hubo acuerdo alguno con el fundador de Wikileaks, o pago alguno por servicios, algo que considero una duda razonable. Los servicios de inteligencia españoles, de hecho seguían entonces la pista del dinero independentista.
En su única respuesta a las preguntas de la visita, Soler se limitó a decir en un comunicado: «Los catalanes hemos sufrido también espionaje electrónico y físico, censura, irregularidades judiciales, arrestos, intentos de extradición, prisión, exilio, bloqueo financiero, noticias falsas, contra- propaganda, como Julián Assange , y estuvimos compartiendo nuestra visión del momento». Punto por punto, el mismo argumentario que publicó en Twitter Assange minutos después de la reunión. Todo apunta a que las explicaciones quedaron acordadas entonces.
Días después, Soler filtraría a los medios nacionalistas otra versión: en teoría le llevó a Londres la promoción de un proyecto bautizado como «Atlas del futuro» , creado por la fundación «Democratising the Future Society», constituida según la Coordinadora Catalana de Fundacions el 17 de febrero de 2016. En su registro constan como presidente Soler y como secretario Grinyó. El Ayuntamiento de Barcelona concedió una subvención de 30.000 euros a la fundación antes de su registro. Previamente, la institución había funcionado como una empresa privada registrada como sociedad limitada, con administrador único: Soler. Esta sociedad recibió en el segundo trimestre de 2014 una primera subvención, también por valor de 30.000 euros. No se sabe qué papel tendrían Assange o Wikileaks en ella.
Soler es una figura central en el independentismo catalán. Fue uno de los fundadores del diario Ara y está al frente de la cooperativa cultural SOM, editora de revistas como Sàpiens y propietaria de la productora audiovisual Batabat. Todos ellos son resortes cruciales en la estrategia de crear una realidad informativa paralela en Cataluña . Batabat, de hecho, fue responsable de un hilarante vídeo titulado «Help Catalonia!», difundido tras el referendo del 1 de octubre e inspirado en las protestas del Maidán en Ucrania, en el que una actriz llorosa pedía ayuda al mundo ante los supuestos abusos del Estado español contra la población catalana. El vídeo tuvo un efecto inverso al deseado y se convirtió en objeto de todo tipo de bromas por su impostado dramatismo. La productora ha recibido en total más de 2 millones de euros en subvenciones del gobierno catalán.
Negocios aparte, el empresario era más, mucho más, en el independentismo catalán: formaba parte de un grupo informal bautizado por los medios como el «sanedrín» o «estado mayor en la sombra» independentista que, con reuniones habituales, gestionó la logística del referéndum del 1 de octubre. En él había cargos electos como Puigdemont o su vicepresidente Oriol Junqueras y otros procedentes de la empresa privada, como Soler.
Los servicios de inteligencia españoles saben además que Soler había viajado a la ciudad rusa de San Petersburgo el 5 de junio previo al referéndum . La excusa: promocionar el difuso proyecto «Atlas del futuro», lo que precisamente le llevó a la embajada ecuatoriana en Londres.
Cabe decir que la injerencia de Assange en la crisis catalana tuvo a largo plazo consecuencias graves para él. El gobierno de Ecuador, que había cambiado de manos, del populista Rafael Correa al centrista Lenín Moreno, llevaba meses preocupado por el daño a su diplomacia de las campañas desinformativas de Assange, ya plenamente inmiscuido en el auge de Trump en Estados Unidos y activo en el filtrado de documentos con el objetivo confeso de desestabilizar a gobiernos y políticos occidentales a los que considera hostiles Wikileaks, incluido el de Ecuador. Me consta que el entonces presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, se quejó a Moreno de las constantes injerencias de Assange .
En abril de 2019, Moreno le retiró el asilo a Assange. Según me dijo entonces el presidente Moreno en una entrevista publicada en ABC, «en el caso del señor Assange, hemos sido testigos de la permanente intromisión en los temas de política nacional e internacional, en los casos de Estados Unidos, El Vaticano, Francia y España. Fuimos excesivamente tolerantes con Assange, pero él no tuvo la voluntad de mantener silencio ante temas políticos ni aceptó la normativa sobre el asilo». Hoy Assange está, como Soler, detenido, a la espera de ser extraditado a EE.UU. para rendir cuentas por sustracción de información clasificada.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete