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Sergi Doria

Se acabaron las sonrisas

Lo que se nos vendió como la «revolució dels somriures» es ahora la imposición del «morro fort» del Segadors

"Esteladas"en la manifestación contra el terrorismo de Barcelona el pasado fin de semana EFE

En la comparecencia de Rajoy en el Congreso, Joan Tardà afirmó que la peor de las corrupciones es la «corrupción de la verdad» que atribuye, como no, al Estado Español. Después de arrancar carcajadas al decir la República Catalana se funda porque están hartos de ... corrupción, el diputado «arrauxat» citó como fuente de autoridad la canción del Club Super 3: «No tinc por de res / ser valent és molt millor / que tenir força». ¿Ser valiente o insensato, Joan? Tardà condena la corrupción «sistémica» española mientras gobierna en Cataluña con el partido del 3 por ciento en Junts pel Sí. Sobre la «corrupción de la verdad» se puede hablar largo y tendido por estos pagos. La verdad se corrompe cuando se dice a medias. Corromper la verdad es mediatizarla con «astucias» dialécticas –de eso sabe algo Artur Mas–, eufemismos, información incompleta -consejero Forn y subordinados; y, lo que es peor, banalización de los conceptos políticos: «Quienes se oponen al referéndum (ilegal) no son demócratas».

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