Muere a los 78 años el escritor Jorge de Cominges, cronista de la Barcelona de los setenta
Crítico de cine y periodista, fue director de la revista 'Qué Leer' y redactor jefe de 'Fotogramas'
Barcelona
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Iniciar sesiónConocí a Jorge de Cominges en las páginas de la revista 'Fotogramas' que dirigía Elisenda Nadal con él de redactor-jefe. Y, ya personalmente, en 'Qué Leer', adaptación del formato 'Fotogramas' para la difusión, a todo color y con vocación comercial, de la literatura. ... Durante mucho tiempo De Cominges fue también conocido como el marido de Margarita Rivière, uno de los nombres más influyentes del periodismo barcelonés de los años setenta. Nacido en Barcelona en 1945, el escritor y periodista ha fallecido este martes a los 78 años.
Se sabía mucho del Cominges que, tras estudiar en los jesuitas de Sarrià y licenciarse en Derecho fue técnico cinematográfico, crítico de cine y periodista -lo contó en 'Mis años de cine (1976-1979)' y 'Entre el destape y la qualité'-, pero muy poco sobre una vida privada que venía a ilustrar los protocolos de la Barcelona burguesa que ganó la guerra. De Cominges comenzó a explicarse ya cumplidos los cuarenta con 'Un clavel entre los dientes' (1989). Seguirían 'Tul ilusión' (1993), 'Las Adelfas' (1997), 'Un curso muy movido' (1999): un ciclo novelístico de evidente carga autobiográfica que culminó con 'Memorias de un extraño' (2004).
Si 'Un clavel entre los dientes' fue situada por el editor y crítico Daniel Fernández entre las mejores novelas sobre Barcelona por su «retrato exacto, aunque teñido de melancolía, de un ambiente y una clase», De Cominges se presentaba en 'Memorias de un extraño' como un desclasado que nunca acabó de identificarse con los círculos sociales y profesionales de cada momento. Hablaba de ese extraño en tercera persona con un estilo minimalista y poco autocomplaciente: «Un desclasado que cuando se dedicaba al cine era visto como un universitario, en el sindicato se le consideraba un burgués; en el periodismo, un marginal; en la literatura, un aficionado. Jefe para los empleados, subordinado para los dirigentes, me he sentido fuera de ambiente, en estado de perenne provisionalidad».
El poderoso factor testimonial de su obra podría venir de cuando en su infancia veía a su abuelo, Bartolomé Trias, consultar las colecciones del diario carlista 'El Correo Catalán' para cuadrar los datos de las memorias que estaba escribiendo.
En sus memorias de la extrañeza existencial, De Cominges abarcaba desde el año de su nacimiento, año 1945 en la burguesa clínica del doctor Dexeus, hasta 1971 cuando comienza a ejercer su vocación cinematográfica y conoce el amor con Margarita Rivière, Margot, descendiente de una burguesía industrial ligada al régimen franquista. Ambos encarnaron lo que se llamó 'gauche divine': tiempos de la cinematográfica Escuela de Barcelona y los «novísimos» de Castellet como Pere Gimferrer. El memorialista De Cominges evoca una burguesía que hablaba en castellano: «Todavía no había llegado el momento en que el catalán fuera el instrumento usado por los 'charnegos' para intentar ascender socialmente». Distanciado cronista de una época de Barcelona.
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