Jordi Sànchez ficha por el defensor del pueblo catalán con un salario de 93.663 euros al año

Sànchez se aparta así de Junts, al menos temporalmente, partido que fundó mano a mano con Puigdemont tras el 1-O y con la idea de llevar a cabo la independencia de Cataluña, al dar por válido el referéndum de secesión de 2017. Por estos hechos, Sànchez fue condenado a nueve años de prisión y nueve de inhabilitación absoluta para empleo o cargo público. Sin embargo, el Ejecutivo de coalición del PSOE y Podemos lo indultó, por lo que dejó la cárcel, y despenalizó la sedición, cayendo así la inhabilitación sobre él.

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Apenas cuatro meses después de su nueva situación, Sànchez encuentra acomodo en un cargo público dentro del organigrama de la institución que dirige Esther Giménez-Salinas, quien sustituyó el pasado verano al polémico Rafael Ribó -que llevaba 18 años en el cargo- con el apoyo del PSC, ERC y Junts. Una de las primeras opiniones de Giménez-Salinas al tomar posesión de su cargo fue defender la inmersión lingüística obligatoria en las escuelas de Cataluña y dar apoyo a los líderes del 'procés'. Un respaldo materializado, ahora, con un cargo para Sànchez.

El expresidente de la ANC accedió a su nuevo cargo este jueves. Se encargará de la dirección del área de Derechos Sociales del Síndic con una retribución anual de 93.663,12 euros. Esta dirección había quedado vacante tras el ascenso de Aida Covadonga, nombrada adjunta a Gménez-Salinas con el encargo de la defensa de los derechos de los niños y de los adolescentes, cargo que a su vez estaba vacante tras la salida de Maria Jesús Larios al Consejo de Garantías Estatutarias, con el apoyo igualmente del PSC, ERC y Junts.

Sànchez trabajó codo con codo con Ribó entre 2010 y 2015 en el Síndic como adjunto general, por lo que conoce la institución pública. Esta relación con Ribó y el apoyo de este a los líderes del 'procés' se interpretó por los partidos de la oposición en el Parlamento de Cataluña, no solo como un respaldo personal a la independencia del Síndic, sino también como algo que trascendía las funciones de la institución. Anteriormente, fue director de la Fundación Jaume Bofill y entre 1983 y 1993 dirigente de la Crida a la Solidaritat, un movimiento independentista con vínculos con Herri Batasuna en los 'años de plomo' de ETA.

La decisión de incorporarse al Síndic lleva consigo la baja temporal de la militancia en Junts. Es una forma de aparentar independencia partidista dentro de la institución pública. En los últimos meses, tras dejar la Secretaría General de Junts, Sànchez encontró acomodó laboral como director de la fundación de la Crida Nacional per la República, un partido instrumental de Puigdemont que está integrado en la estructura del Consell de la República, y cuyo objetivo a medio plazo es convertirse en el 'think tank' del partido que ahora lidera Laura Borràs.