Javier Mariscal y Javier de las Muelas, complicidad y amistad
El Dry Martini y el Speakeasy reúnen pinturas, esculturas, cerámicas de Manises y obras inéditas del creador de Cobi
Barcelona
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Iniciar sesiónBarcelona es como es gracias a personas como Javier de las Muelas y Javier Mariscal. El primero, del Gimlet de la Ribera al Dry Martini; el segundo, de los «garriris» del cómix y la mascota Cobi del 92 a las cerámicas de Manises que presenta ... en el Dry Martini. Mariscal retorna al origen de todas las artes: las cerámicas en forma de botijos, vasijas, platos, jarrones… «Un botijo es una nevera sin pilas. La cerámica viene del fuego y de la tierra, se remonta al siglo X en la Valencia musulmana y su técnica viene de Persia vía China», explica Mariscal. El alfarero Arturo Mora –«el último gran ceramista de Manises, señala el artista- modela el barro y él pone los colores («pintador» lo llama su nieta).
Los dos Javier se conocieron allá por 1974. Javier de las Muelas cursaba segundo de Medicina; Javier Mariscal dibujaba cómics. Mientras Mariscal y Nazario pimplaban en el American Soda, el otro Javier (de las Muelas, espíritu emprendedor) vendía los cómics por la Rambla.
En 1979 con la inauguración del Gimlet del Born el hippy Mariscal descubrió la coctelería y los camareros con clase: «Javier nos enseñó a beber y a apreciar lo que se bebe. Veníamos del Zeleste donde daban un garrafón que te destrozaba el hígado, yo pillé una hepatitis de la que salí de milagro», recuerda. «El Gimlet es lo mejor que he hecho en mi vida», corrobora de las Muelas.
La idea de congregar pinturas, esculturas, cerámicas y obras inéditas de Mariscal en el Dry Martini surgió con la exposición 'Hola! Barcelona!', la galería de ochenteros que fotografió María Espeus. La exposición de Mariscal, cuyas piezas están a la venta, abarca de los setenta hasta hoy, aunque su intención no es retrospectiva sino transversal: «Hasta que en los noventa no apareció la palabra 'multidisciplinar' los colegas me insultaban porque me gusta mezclarlo todo».
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Natividad PulidoEn el Dry Martini podemos constatar esa diversidad de materiales, técnicas y soportes. Personajes de cómic como los «garriris», Fermín y los golfos «apandadores» protagonizan escenas de arte cubista como el homenaje a los «jugadores de cartas» de Cézanne. «Mariscal acerca su concepción del mundo a lo cotidiano», subraya Javier de las Muelas. Esa asequibilidad permite la incorporación de su arte en las chaquetillas de barman y camareros, platos ilustrados y botijos-coctelera como el que agita el cóctel Mariscalis creado en honor del artista: ron dorado, limón, la exótica mandarina «yuzu» y piña con una corona de pétalos multicolor como la paleta de pintar. «Es un poco dulce, pero muy refrescante», observa Mariscal.
Esta exposición viene a resumir medio siglo de amistad. «La cultura del bar, que es algo muy español», concluye Javier de las Muelas. «El arte significa compartir sentimientos, si no compartes sentimientos te pegas un tiro», añade Javier Mariscal. La Barcelona de los dos Javier.
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