Identificada la mujer de rosa, cuyo cadáver se localizó hace 20 años en Viladecans
Se trata de Liudmila Zavada, de origen ruso, que entonces tenía 31 años. Su cadáver se localizó en una carretera, el 2 de julio de 2005
Cadáveres a la espera de una identidad: ¿quién es la mujer de rosa?
Barcelona
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Iniciar sesiónA la mujer de rosa la localizaron en una carretera de Viladecans (Barcelona), el 2 de julio de 2005. Llevaba varias horas muerta y su exposición al sol le había provocado ya importantes quemaduras. Junto al cuerpo, un mechero blanco y una ... botella de agua. Llevaba unos aros y una pulsera de oro. Las joyas descartaban, aparentemente, que hubiese sido víctima de un eventual robo. En uno de sus tobillos tenía una cicatriz. No tenía signos de haber sido agredida sexualmente ni tampoco golpeada. El caso se bautizó así –la mujer de rosa– porque la víctima llevaba pantalones, un top y sandalias con un detalle de ese color. Su expediente se convirtió en una alerta negra de Interpol y, transcurridas casi dos décadas del hallazgo sin haber conseguido identificar el cuerpo, a través de la campaña 'Identify me', se pidió colaboración ciudadana para tratar de descubrir su identidad. Ahora, agentes de la Policía Nacional han conseguido saber quién es, tras varios cotejos de material identificativo que la oficina de Interpol en Madrid recibió desde la de Ankara (Turquía). Se trata de Liudmila Zavada, una mujer de origen ruso, que entonces tenía 31 años.
«Por los rasgos físicos del cadáver, pensamos que era de Europa del Este. El problema es que en dichos países no tienen DNI como nosotros, y sólo cuentan con huellas de aquellos ciudadanos que se reseñan porque han cometido algún delito», precisa a ABC el inspector Javier Álvarez, jefe del Grupo 5 de la Oficina Central Nacional (ONC) de Interpol en Madrid. La insistencia de los agentes, que también recurrieron a Turquía para ver si obtenían algún tipo de información, dio así sus frutos. «Les preguntamos y hubo una posible coincidencia», detalla. Y es que Liudmila Zavada había sido detenida por Extranjería, al tratarse de una ciudadana rusa que se encontraba de manera ilegal en el país, y también por ejercer la prostitución. Los investigadores creen que era víctima de trata con fines de explotación sexual.
Pese a esta primera identificación por huellas, la Científica prefirió «ir un paso más allá», indica el inspector, y contactaron con las autoridades rusas. Llegaron así hasta la familia de la mujer, que no había denunciado su desaparición. Tras las reticencias iniciales, una de sus hermanas accedió a facilitar su perfil genético y la comparativa fue positiva. «Teníamos así el cotejo por ADN y huellas», corrobora Álvarez. Además, en este caso, sus allegados podrán recuperar los restos, ya que se encuentran enterrados en el cementerio de Gavà (Barcelona).
«Aunque falleció por sobredosis, el cadáver había sido desplazado», por lo que ahora los investigadores seguirán indagando para tratar de esclarecer lo que le ocurrió a Liudmila. Este caso resuelto es el segundo en lo que va de año, ya que el pasado marzo, la oficina de Interpol en Madrid consiguió poner nombre a la mujer cuyo cadáver fue localizado en el cobertizo de una casa de Sant Julià de Ramis, en Gerona, en agosto de 2018.
Los Mossos d'Esquadra la encontraron en el gallinero, pero no llevaba encima ningún documento. En la casa vivían tres personas, pero nadie la había visto antes y no sabían quién era. Tampoco apareció ningún vehículo en las proximidades. Los investigadores creían que era originaria del norte de Europa; Polonia, Alemania o Países Bajos, pero las pesquisas con las autoridades de los citados países para tratar de conocer su identidad no dieron ningún resultado. Tenía tatuada la palabra 'éxito' en hebreo en su antebrazo izquierdo y estimaron que rondaría la treintena. Casi siete años más tarde, gracias a Interpol, pudieron identificarla: se trata de Ainoha Izaga Ibieta, de 33 años y originaria de Paraguay.
Una campaña de Interpol permite identificar a una mujer que apareció ahorcada en un cobertizo de Gerona en 2018
Elena BurésSe trata de una ciudadana de Paraguay, que constaba como desaparecida desde el 8 de agosto de aquel año. Habían encontrado su cadáver cuatro días antes
«La familia denunció su desaparición en 2018. Dijeron que podía estar en España, pero al tramitarse por comisión rogatoria, los plazos son más lentos, y el caso llegó dos años después, muy escueto y con poco material para poder trabajar. Se pidió a Paraguay poder tramitar la notificación amarilla como persona desaparecida y poner el señalamiento a nivel nacional, pero no lo estimó así, puede que por no tener la certeza de que estuviese fuera de su país, y no lo hizo hasta tiempo después. Para entonces sólo teníamos la fotografía y así es muy complicado», detalló entonces a este diario el inspector Álvarez.
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