Ha sido este lunes, durante el juicio en la Audiencia de Barcelona, cuando el individuo, J. G. G. , ha reconocido los cinco delitos de abusos de los que estaba acusado. Los hechos se produjeron entre enero de 2017 y noviembre de 2018, cuando las víctimas tenían 13 años.
Durante ese periodo, el hombre, aprovechando que tenía el teléfono de los niños, comenzó a mantener con ellos «conversaciones de contenido sexual» a través de Whatsapp, Instagram y Snapchat. Ejercía un «rol de superioridad y control emocional» y, si los chicos no le contestaban, los «hacía sentir mal y rechazados».
En dicho contexto, solicitó a algunos de ellos realizar prácticas sexuales a través de videoconferencias. También los invitó a verse para «desnudarse o dormir juntos». Solo en uno de los casos llegó a realizar tocamientos a una de las víctimas, aprovechando una excursión al parque acuático de Lloret de Mar (Gerona).
Finalmente, tras reconocer los hechos y pactar con el Ministerio público, ha aceptado un año de prisión por abuso sexual, 20 meses de prisión por abuso sexual sexual continuado, y tres más por determinación para participar en actos sexuales con menores.
Además, no podrá acercarse a 500 metros de las víctimas, y tendrá que pagar una multa de 2.700 euros, así como indemnizar a las tres víctimas con 4.000, 2.500 y 300 euros, respectivamente.
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