Dos casas okupadas encienden la campaña del 28M en Barcelona

Aunque los dos inmuebles llevan ocupados desde 2016 y 2019, no ha sido hasta vísperas del arranque de la campaña electoral cuando un conflicto de baja intensidad, que generaba molestias aisladas a los residentes del barrio, ha sufrido una escalada, por la que algunos vecinos sostienen incluso que los okupas se han pertrechado con escopetas de balines, hiriendo a alguno de ellos. Eso sí, por el momento nadie ha formalizado una queja por estos hechos ante la Policía catalana. Solo consta una denuncia por el robo del móvil a un menor.

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Elena Burés

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Fue hace unas semanas, cuando algunos vecinos, secundados por Vox y Ciudadanos, comenzaron a clamar por el desalojo con una concentración ante las casas. El pasado martes, los antisistema también se manifestaron y allí se vivieron también momentos de tensión. El hartazgo creciente por problemas de convivencia –como música alta o suciedad– ha derivado en una crispación a la que se ha sumado Desokupa, prometiendo que liberaría el barrio de los allanadores. Lo cierto es que gran parte de los que allí residen manifiestan que, aunque en los últimos meses la situación ha empeorado, con «fiestas» y «conciertos improvisados», los okupas no son problemáticos.

«Llevan aquí años y nunca ha pasado nada, más allá de música y ruido. Queremos que se vayan, claro, pero éstas no son las formas, me recuerda a lo que pasaba durante el 'procés' con los que no estábamos a favor de la independencia», explicaba este jueves una mujer que vive a pocos metros de la plaza Bonanova. Durante la protesta, tuvo que esperar a que los Mossos retirasen las vallas para poder volver a casa ya que, con las muletas, no podía optar por el recorrido más largo. «Estos insultos, esta forma de increparlos...no tiene sentido».

La gran mayoría, además, advierte de que nadie se había preocupado por la problemática hasta hace poco. Entre éstos el presidente de la asociación del barrio, Josep Maria López, que asegura que todo obedece al interés electoralista de determinados partidos. «Verás como el 28 de mayo ya nadie se acuerda de esto», indicó a ABC en relación a la fecha de los comicios.

Y es que la concentración de este jueves en la Bonanova, que culminó pasadas las 22.30, con los antisistema ya en la plaza Lesseps, tras algunas pedradas a escaparates de bancos y concesionarios, fue el pistoletazo de salida a la campaña electoral. López no es el único que defiende que durante los años que ambas casas han permanecido allanadas, más allá de molestias puntuales o suciedad, no han tenido problemas con los okupas.

Los empleados de una floristería que se encuentra a pocos metros, o Carlos, un treintañero que vive en la misma calle, así lo secundan. «Cuatro días después de las elecciones todo el mundo se olvidará del tema y nos volverán a abandonar», sostiene. El miércoles, en el debate de TVE con los candidatos a la alcaldía de Barcelona, la ocupación de las casas de Bonanova fue uno de los temas principales. Reproches de las cabezas de lista de Valents y Ciudadanos a la actual edil, Ada Colau, por su supuesta tolerancia ante la ocupación y denunciando un «problema de orden público». Un problema que, según secundan quienes conviven a diario con los okupas, no lo fue hasta hace unas semanas.

La intención de los Mossos y del ayuntamiento es desalojar ambos inmuebles a la vez, ya que están comunicados. Echar a los okupas de uno supondría su realojo en el contiguo. Por ello solicitaron al juzgado paralizar el lanzamiento programado para el pasado 23 de marzo, y ahora queda pendiente de celebrar la vista sobre la segunda casa, que tendrá lugar a finales de mes.