Así lo ha decretado un tribunal de primera instancia de Lovaina que, en un comunicado difundido este mismo martes, explica que los mensajes de móvil captados por los reporteros -y difundidos después en el Programa de Ana Rosa, en Telecinco- son de carácter confidencial y pertenecen a la esfera privada de Puigdemont y Comín.
La sentencia insiste en el carácter privado de la conversación que después fue difundida en un programa de gran audiencia y advierte de que, a pesar de versar sobre un «importante asunto público», como fue el movimiento secesionista, «las personas públicas también tienen derecho a la vida privada».
El tribunal de Lovaina tiene en cuenta también que han pasado algo más de siete años desde que ocurrieron los hechos por lo que concluye que la condena a pagar una indemnización de 3.500 euros a cada uno de los dos denunciantes es suficiente.
Los hechos se remontan al 30 de enero de 2018, cuando en un acto organizado por el partido flamenco de extrema derecha N-VA se contaba con la intervención de Puigdemont, que finalmente no compareció.
Sin embargo, sí se encontraba entre el público Comín, que estuvo intercambiando mensajes con el expresidente a través de su teléfono móvil, cuya pantalla fue grabada en ese tiempo por los cámaras denunciados.
En la conversación, Puigdemont trasladaba a Comín la sensación de haber sido sacrificado y de que se estaban viviendo los últimos días del independentismo; un mensaje que tuvo gran repercusión en el debate político en España.
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