La pasión de hace un siglo

A mediados de mayo, el aragonés Nicanor Villalta entró definitivamente en el corazón de los aficionados. Le costó hasta que se topó con un toro de Gamero Cívico al que tumbó de una extraordinaria estocada tras una faena plena de valor. Se llevó tres orejas y el reconocimiento para siempre como gran figura.

El 21 de junio se anunció la reaparición de Juan Belmonte, cuatro años apartado de los ruedos tras la muerte de Joselito en Talavera. Colas interminables ante las taquillas, el que conseguía un boleto tenía un tesoro, y no defraudó el de Triana en una entregada actuación, que sirvió para que en la repetición el 12 de julio, la expectación aún se agrandara.

Cuentan las crónicas que aquel día, Barcelona era un hervidero, todos los caminos y en todos los medios, confluían en la Monumental. Belmonte junto a su hermano Pepe y Chicuelo frente a toros de Graciliano Pérez Tabernero. Una tarde que confirmó todas las expectativas. Triunfo arrollador del Pasmo henchido de valor, faena primorosa de Chicuelo y una oreja para el hermano menor de Belmonte en su presentación ante la afición catalana.

Aún volvería Juan Belmonte al ruedo barcelonés en el mes de agosto para completar una temporada cumbre. Fue en el verano de ahora hace un siglo, pasión emocionada en el ruedo y apasionada entrega en los tendidos.