Tudanca intenta aplacar el fuego en medio de una división total en el PSCL

No es que el día anterior se le viese por los pasillos de las Cortes, que tampoco, es que este miércoles optó por dar un giro a su estrategia después de dos días de exposición en medios nacionales. Ayer la táctica fue la contraria, la del silencio, en un intento por bajar la tensión que se respira dentro del PSOE de Castilla y León y, sobre todo, con la dirección nacional de la formación.

Así que tocaba intentar atajar el incendio, cuyas proporciones empezaban a ser incontrolables después de los ataques al secretario de Organización de la Federal, Santos Cerdán, al que Tudanca acusó de «desestabilizar al partido en Castilla y León y quitar la voz a la militancia». A decir de quienes están contra el dirigente burgalés, éste no ha medido bien sus críticas que, en definitiva, van a parar a Pedro Sánchez y eso ya es harina de otro costal porque lo de tocar al líder...

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Dos posiciones enfrentadas que ya son fácilmente identificables entre los procuradores socialistas del Parlamento autonómico y que difícilmente podían ocultar las caras largas. Tudanca y su lugarteniente, Ana Sánchez, estaban desaparecidos, mientras otros de sus afines, como Diego Moreno y Rosa Rubio, trataban de transmitir la serenidad de que todo está bajo control bajo la creencia de que las bases están con Tudanca.

En la otra orilla se sitúa quien, precisamente, se sienta a su izquierda en la bancada del hemiciclo, la vallisoletana Patricia Gómez, así como los leoneses Nuria Rubio y Javier Campos o la salmantina Carmen García, entre otros. Un grupo convencido de lo contrario, de que la militancia no va a perdonar al actual secretario autonómico su ataque a Ferraz, que es lo mismo que decir a Pedro Sánchez. Argumentan, además, que es precisamente esa militancia que dice defender a la que se hubiera impedido concurrir a unas primarias convocadas con tanta premura.

Y mientras tanto, lo cierto es que Tudanca nunca ha llegado a decir si se presentará a la reelección aunque unos y otros lo dan por hecho porque «ya no tiene más opciones después del lío que ha montado». Sus oponentes también afirman contar con un candidato alternativo en condiciones de competir por la Secretaría General del PSCL, aspirante que tendría el apoyo de Ferraz.

La tercera vía sería la de intentar sentar a las dos partes en busca del consenso pero, para eso, hay que apagar bien las llamas y que, como mucho, sólo queden rescoldos.