Tudanca, dispuesto a «bajar al barro» el 23J para frenar «bulos, insultos y odio»

Si hubo mucho o poco análisis de lo ocurrido el domingo, que supuso la pérdida de poder local para el PSOE, no se llegó a trasladar a los medios de comunicación en la rueda de prensa posterior. Lo que sí quedó meridianamente claro es que el partido de la rosa se ha lanzado en plancha a las generales, para las que se prevé una campaña intensa y de trazo grueso. «Si hay que bajar al barro, se baja», amenazó Tudanca, quien justificó la pérdida de votos en la estrategia o, más exactamente, en no haber respondido a lo que calificó de «bulos, insultos y el odio que inocula la extrema derecha», ya que su formación estuvo centrada en explicar «la subida del Salario Mínimo Interprofesional o de las pensiones».

Así que Tudanca, en la misma línea que sus compañeros de la Ejecutiva nacional, hizo suyo el argumentario para entrar en la campaña o precampaña (que ya es todo lo mismo) con la misma agresividad. «Los ciudadanos tendrán que elegir si quieren avanzar en derechos y libertades o que entre a sangre y fuego la extrema derecha de la mano del PP para gobernar este país», señaló. Y añadió más adjetivos: «Entre un país moderno, europeo, tolerante, ambicioso y en color, o, en cambio, de oscuridad y odio», al que llevarían, en su opinión, Vox y el PP, un partido que «utiliza los mismos métodos que Trump».

El análisis de Tudanca de lo sucedido el domingo concluyó en que «los resultados no son los que esperábamos» y en que «nos hemos equivocado en la estrategia porque no hemos competido con las mismas armas». No admitió que los votos cosechados por el PSOE en la Comunidad (56.000 menos que en 2019) hayan sido tan malos, ya que los comparó con el «tsunami» de 2011 cuando en la capital vallisoletana, por ejemplo, los socialistas se quedaron con el 27 por ciento de los sufragios, mientras que el 28M llegaron al 37. 

Además, lamentó que si el PP se va a hacer con las alcaldías de Burgos y León, donde la lista socialista es la más votada, es por «su falta de palabra y de honestidad». «Si no gobernamos es porque ellos deciden entregar las llaves a la extrema derecha», sentenció. Así las cosas, para el dirigente socialista quienes perdieron las elecciones fueron otros, como el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, porque «sus candidatos municipales han sacado mejor cifra que él en las autonómicas».

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A Vox tampoco le habría ido bien, según Tudanca, que calificó su resultado de «discreto pero decisivo porque le va a dar el poder al PP».

Al presidente de la Junta se dirigió expresamente, después de que éste, durante el pleno de las Cortes autonómicas del martes, se despidiese de él insinuando que formaría parte de una lista al Congreso o al Senado y dejaría sus responsabilidades en Castilla y León. Pero no. Tudanca sí fue tajante en este sentido: «Nos vemos después del verano».

Y añadió: «Sé que lleva mucho tiempo esperando a que me marche, pero no me quedo por darle un disgusto sino por compromiso. Me quedo con toda la convicción y el orgullo». Asunto zanjado, por lo tanto, al menos de momento. Y por si alguien sigue sembrando más dudas sobre su liderazgo y la salud de su formación, el secretario autonómico anunció que «vamos a ir a las elecciones con la cabeza bien alta y el orgullo intacto y no vamos a tolerar ni una falta de respeto». Es más, aseguró que «el PSOE de Castilla y León estaba, está y estará fuerte, estaba, está y estará unido, dispuesto y presto para dar la batalla por el futuro de España». «No vamos a fallarles, no vamos a agachar la cabeza y no vamos a bajar los brazos», clamó.