Las temperaturas y el viento permiten avanzar en la extinción de los fuegos que azotan Castilla y León

El incendio de Losacio, el más grave vivido en la historia de Castilla y León y uno de los más extensos registrados en España, logró descender ayer un nivel en la escala de peligrosidad, hasta el uno. Lo hizo, eso sí, después de abrasar más de 31.400 hectáreas, según la nueva estimación a la baja realizada desde el espacio calculada por el satélite Copernicus, que el día anterior las había cifrado en cerca de 36.000. Con los vecinos de las 34 localidades desalojadas por la cercanía de las llamas y el humo en sus casas desde el miércoles, el primer día que amaneció sin llama, el incendio que prendió en la tarde del domingo ha movilizado un dispositivo, por tierra y aire, de 669 profesionales, del que ya se han ido retirando algunos efectivos, como la UME (Unidad Militar de Emergencias). Aún así, sigue activo y no se ha dado por controlado después de más de cinco días y cobrarse la vida de un manguerista y un pastor.

Buenas noticias en el incendio que, procedente de Galicia, saltó a la provincia de León por Salas de la Ribera. Este viernes se dio por controlado y los vecinos de San Pedro de Trones, evacuados el lunes, pudieron regresar a sus casas. También en El Bierzo, el de Montes de Baldueza sigue sin ser doblegado del todo, continúa activo, con trabajos por tierra y aire, y todavía columnas de humo.

En Ávila, el incendio que ha calcinado unas 4.400 hectáreas en Cebreros y obligó a evacuar a El Hoyo de Pinares, sigue activo y los trabajos se centran en sofocar las reactivaciones que se siguen produciendo todavía con un amplio dispositivo desplegado sobre esta zona. En Salamanca, se sigue sin dar por controlado el que saltó desde la provincia de Cáceres hasta Monsagro. Los efectivos siguen sobre el terreno afectado por las llamas, que entre ambas comunidades se estima han reducido a cenizas cerca de 10.000 hectáreas.