La receta del número 1 del pádel: «Si luchas, te esfuerzas y persigues tus objetivos, tienes tu recompensa»

Ahora, con 21 años, ratifica un sueño y mañana saltará al Caja Rural Zamora Stadium ubicado en la Plaza Mayor de la capital vallisoletana y ante 4.000 personas. «Cumplo el sueño ante los míos», asevera para tirar de identidad.

Coello, que lidera el ránking mundial junto al argentino Agustín Tapia, desliza que aunque para él es «bonito» competir en el Barceló Máster Valladolid, no deja de ser una «prueba más en el calendario». «Lo tenemos que tomar así. Se puede ganar, pero también perder. Intentaremos disfrutarlo y y hacer el mejor resultado posible», comenta el vallisoletano, quien sí considera que jugar en casa y tener a la gente a favor «ayuda porque quieren que ganes». «Si se da un momento malo seguro que me ayudarán para levantar el ánimo», vaticina.

Cree que la pista central de Valladolid es una de las más rápidas del circuito, apta para «pegadores»; y argumenta que tras una semana de descanso por la lesión de Tapia, que les impidió acudir al French Padel del World Pádel Tour, que se celebró en Toulouse la semana pasada, «hay que ver el lado positivo de parar, pues el cuerpo se puede recuperar mejor». «Aprovechamos para plantear el torneo de Valladolid con un físico más renovado y llegar al cien por cien», admite.

En una entrevista concedidas a la Agencia Ical, Arturo Coello profundiza en cómo ha llegado a ser el número 1, un aspecto que, por el momento, califica de «anecdótico». «Soy el ejemplo que demuestra que si luchas, te esfuerzas y persigues tus objetivos, tienes tu recompensa. No sé si de ser número 1, pero sí de poder dedicarme a lo que me gusta, el pádel», sentencia, minutos después de la presentación del Máster de su tierra.

Apoyado sobre la verja que asistirá como testigo de sus gestas a partir de mañana, el de Mojados sostiene que ha tomado un «camino diferente al de todos los jóvenes de su edad», pero que también le facilitará un «futuro muy prometedor válido». Por eso, más allá de jugador de pádel, el Arturo Coello más íntimo invita a toda la gente que pregunta qué hacer para dedicarse al pádel, que «lo luche, que lo persiga, y si lo tiene claro, que dé todo al cien por cien porque no se va a arrepentir». A su juicio, este deporte «da cada día más oportunidades y es algo muy bonito».

«Hay que ser realistas y perseguir los sueños. Yo era un niño que soñaba con ser jugador de pádel, no número 1, y lo he conseguido. Hoy me dedico a lo que más me gusta, mi pasión, a mi trabajo», celebra Coello, quien insiste en su mensaje a los jóvenes, no solo sobre pádel, que «si tienen claro lo que quieren, persigan ese sueño, porque aunque no lo logren, siempre podrán decir que lo han intentado».

No esconde la velocidad de crucero que ha tomado su carrera, pero defiende que «uno mismo sabe lo que se ha esforzado, trabajado y peleado». «Quizás no tenía la sensación de llegar aquí con 21 años, pero sí tenía claro que su seguía persiguiendo mis sueños podría llegar a conseguirlos», incide.

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El mayor de la saga Coello lanza alabanzas a su hermano Rodrigo, dos años menor que él pero que ya apunta maneras. «Nos hemos criado y jugado juntos. Es complicado para él, porque tener un hermano tan arriba es difícil, a pesar de que lo ha canalizado bien y lo ayuda», sostiene Arturo, quien le recomienda «hacer su camino, su legado y poco a poco desarrollarse como persona y como jugador». «Llegará el día en que le tengas que entrevistar a él», ironiza entre risas, sin separar del pecho su pala, su más preciado tesoro, que le ha llevado este año hasta la cima.

Invicto junto a Agustín Tapia en los torneos de World Padel Tour, asegura que las expectativas en Valladolid son «máximas», pues cada torneo lo plantea «para ganarlo». «Otra cosa es que lo podamos lograr o no. Siempre intentamos plasmar en la pista lo que entrenamos. Si se puede, pues bien, y si no ganamos seguiremos entrenando y no será tampoco una decepción. En algún momento llegará el día en que nos van a ganar», concluye Arturo Coello, cuando resuenan, sobre la pista central, las horas en punto del reloj de la Casa Consistorial.