Muere el ternero que había nacido con dos cabezas y cuatro ojos en Zamora
Los ganaderos han «hecho todo lo que hemos podido», alimentando al animal con biberones, pero «no era viable»
El «duro» relato de un ganadero tras un ataque de buitres: «La vaca me miró a mí y al becerro y ahí supe que iba a morir»
«Hemos hecho todo lo que hemos podido...» Pero no ha sido posible. Las pocas esperanzas de supervivencia del animal se han hecho realidad y justo cuando cumplía las 80 horas de vida, moría. El ternero que había llegado al mundo con dos cabezas, cuatro ... ojos, dos bocas, dos lenguas... no ha logrado sobrevivir con la grave malformación que padecía y este viernes, sobre las 14.30 horas perecía, detalla el ganadero de la explotación que se había llevado la sorpresa el pasado martes, Miguel Fuentes, de la localidad zamorana de Piñuel, en la comarca de Sayago.
Había sido un parto natural y sin testigos. Y los ganaderos no vieron su llegada al mundo y su madre no les dejaba acercarse. Cuando se aproximaron al ternero pudieron comprobar que se trataba de un «caso muy extraño»: tenía dos cabezas y cuatro ojos. El ternero nació el martes pero hasta el miércoles no pudieron recogerle ante la negativa de la madre, que le había amamantado en su primeras horas de vida, detallaba a Efe el ganadero.
Desde entonces han estado alimentando al ternero de biberones. Pero no el animal no ha conseguido sobrevivir. «Era de esperar», reconoce a ABC Miguel Fuentes. «No son viables», asume, con pena después de haber «hecho lo que hemos podido» por la ternera. La primera que nace así en esta explotación de extensivo, además, y de una vaca que no era precisamente primeriza. Al menos 15 partos ya tenía antes, recuerda.
Todos los anteriores, señala, habían «ido bien». Y sólo en uno la madre necesitó ayuda con una cría que venía de nalgas. Un caso «extraño», asume el ganadero, quien sí ha tenido en otros dos casos de crías que nacieron sin culo, con lo que defecaban «por la vagina», recuerda. Tampoco resultaron viables, señala, ya los «cuatro o cinco días» también perecieron, como la ternera alumbrada esta semana con dos cabezas.
«Teníamos ilusión»
«Teníamos ilusión, pero era imposible», asume con resignación, quien subraya que «era digno de ver» cómo el animal tomaba el biberón: al dárselo por una de sus dos bocas, «sacaba la lengua por otra». Afirma que es «triste» el fallecimiento, pero también reconoce que «estaba sufriendo».
¿Los motivos? «No lo sabemos», responde Miguel. Los veterinarios tampoco han apuntado causas concluyentes, señala, aunque él, que tampoco ha querido indagar mucho, trata de encontrar los motivos. Lo que le viene a la cabeza, que la res estaba en celo cuando tuvo que recibir la segunda dosis de la vacuna de la lengua azul el pasado estío y que también en agosto tuvo la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica. Recibió tratamiento y salió adelante, rememora el ganadero, quien, con alivio señala que no sufrió bajas en su cabaña por el conocido como 'covid de las vacas', aunque sí abortos en vacas primerizas y a alguna que «se le caen las uñas».
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