«El mejor escaparate de la excelencia educativa»

El pasado viernes 13 de noviembre, varias decenas de castellano y leoneses se llevaron prendida esa palabra en el pecho después del acto de los Premios de Educación 2024, que reconoció a «los mejores de entre los nuestros» -como describió la consejera del ramo, Rocío Lucas- con distinciones para expedientes brillantes en ESO, Bachillerato, FP, Enseñanzas Artísticas profesionales o experiencias de calidad en centros. «Representáis el esfuerzo y el mérito que tanto admiramos», elogió la titular de Educación, que agradeció el mimo del evento a las presentadoras, las bailarinas, los coreógrafos o los profesores de conservatorio que animaron la propia gala, pero guardó las mejores frases de su discurso para los 127 premiados, reunidos en el Centro Cultural Miguel Delibes de Valladolid.

«Esta es la culminación de los sueños de muchas personas y el mejor escaparate de la excelencia de nuestra tierra», celebró.«Sois la punta de lanza de una Comunidad que es sinónimo de éxito», felicitó Lucas a los estudiantes, que quiso sustentar este orgullo con datos, y refirió que el informe internacional Timss, que evalúa a los alumnos de cuarto de primaria, ha revelado recientemente que los de Castilla y León van en cabeza en Matemáticas y en segundo lugar en Ciencias. Eso se suma a los resultados del estudio PISA, en los que la Comunidad ostenta un triple liderazgo nacional en Matemáticas, Ciencias y Lengua y destaca a nivel mundial. «Este es un día para agradecer también todo su trabajo a los equipos directivos, a los docentes o a las familias y poner en valor que poquito a poco, todos esos éxitos individuales determinan un sistema educativo de calidad», resaltó la consejera, que antes de entrar había presumido de retención de talento y «potencial industrial» para darle continuidad.

Como ejemplo de 'éxito individual', intervino en el acto la joven arquitecta Claudia Vivas Martín, que recibió este premio cuando estudiaba Bachillerato y ahora trabaja para una empresa española que monta exposiciones en numerosos países, lo que le ha llevado a trabajar en Dubai o Nueva York. En ese sentido, señaló que es bueno que estos premios reconozcan también «esa educación pública» que «tantas puertas» le ha abierto, y consideró que el nivel formativo es muy competitivo en comparación con otras regiones y estados. Vivas se dirigió sobre todo a los estudiantes: «Todo lo que parece extraordinario tiene un trasfondo de esfuerzo, y ahora estáis a las puertas de una época crucial: decidid con valentía», arengó.

Definitivamente, empiezan unos años de navegar entre opciones para adolescentes como Irene Cifuentes Alonso, distinguida por su desempeño en la ESO, que cursó en el IES Cardenal Pardo Tavera, en Toro (Zamora). Ya ha escogido estudiar el Bachillerato de Ciencias de la Salud, pero duda si solicitará plaza en Medicina, Enfermería, Biomedicina... Por ahora, se encuentra muy feliz con su esfuerzo. «Trabajé mucho», recalca y, aunque ha habido momentos de flaqueza, considera que en Secundaria ha aprendido a «dejar de lado cosas que no son tan importantes, como lo que piensen los demás de mí».

También enfrenta muchos cambios Javier Lobo Ruiz, que el curso pasado terminó el Bachillerato Tecnológico en el Colegio Amor de Dios de Salamanca y ahora recoge su premio. Se ha mudado a Madrid para empezar Ingeniería Aeroespacial, así que toca compatibilizar el nuevo reto con organizar las comidas o vivir solo, y eso le lleva a darle las gracias a su familia por estar al pie del cañón. «Siempre me han apoyado mucho», anota, con una sonrisa de oreja a oreja. «Veo esto como una recompensa al tiempo que le he dedicado a conseguir buenas notas», resume, y cree que la cuantía -mil euros- «anima» a empezar lo que sea que venga después.

Quizás se convierta en un 'empujón' para profesionales como la asturiana Aroa García Navas, otra de 'las mejores', en la categoría de Grado Superior. Estudió patronaje y moda en el Centro Integrado de FP Ciudad de Béjar (Salamanca). «Estos estudios engloban muchas más cosas, estudiamos asignaturas como 'marketing', pero a mí lo que más me gusta es coser, la confección», confiesa. Así que ha venido -como no podía ser de otra forma, vestida para la ocasión- desde Aranjuez, donde ahora estudia la carrera de Diseño y Gestión de Moda. «Me sorprendió mucho, no pensaba ganar este premio», reconoce, aunque desde luego «es un logro importante que queda bien en el currículum».

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El gran abanico de categorías reconocidas abarca programas de fomento de lectura o de bienestar emocional. También a las enseñanzas musicales profesionales. Exponente de este otro grupo de premiados son Alba Castellanos Fernández -que viene del Conservatorio Profesional José Castro Ovejera, en León- y Laura Cañas Huerga, del ponferradino Cristóbal Halffter. Una a la trompa y la otra a la flauta travesera, ambas persiguen carrera en la música y ahora estudian el Grado Superior. El reconocimiento a su rendimiento en el escalón que lo antecede les pilló, en ambos casos, mientras ensayaban. Allí dio comienzo el momento de revuelo de «emoción» y llamadas del que casi todos los alumnos galardonados hablan. «Estoy orgullosa de la madurez a la que hemos llegado para lograr compaginarlo», indica Alba. Es una satisfacción «acabar todo, y de forma excelente, a pesar de tanto 'estrés académico'», coincide Laura. Y es que a la EBAU se les sumaban los exámenes de historia de la música, de análisis o de interpretación, todo bien condensado en las mismas fechas. ¿Y qué cualidades 'extraordinarias' creen ellas que deberían reconocerse más? «En ambientes tan competitivos y en los que puede haber roces, cuando encuentras compañerismo es cuando sale música más bella», opina Laura. Para Alba, quizás, «tener buen corazón». «No siempre se valora ser empático y nunca sabes cuándo puedes necesitar encontrar a alguien así, y lo mucho que se agradece», añade.

Así, de cuatro en cuatro, acompañados por los aplausos y notas de piano, los premiados desfilaron para recoger su diplomas. Uno de ellos pondría el punto reivindicativo a la jornada en el momento de la foto. Allí mismo extendió su reclamación, en forma de enseña: 'Tren Directo para Aranda, ya, ley territorial de transporte', rezaba la bandera. Sin embargo, la ceremonia mantuvo el tono celebrativo, fue una «fiesta de la educación», que diría Lucas, arropada por la Escuela Profesional de Danza de Castilla y León o las piezas musicales del conservatorio vallisoletano. «Nunca dejéis de buscar la excelencia y lo demás vendrá por añadidura», lanzó la consejera, para despedir a los premiados. Tuvo para ellos un último recordatorio: «Nada se logra si no se sueña antes».