Mañueco concluye que Tudanca espera los incendios para su uso «partidario»

Como «repugnante y asqueroso» calificó después lo dicho por el presidente el socialista José Luis Vázquez, en un tenso debate con el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones.

El líder del PSOE ya tenía la respuesta para abrir la sesión de control. «Usted, no. No es moderado. Lidera el gobierno de la peineta», afirmó tras reclamar a Mañueco que pidiera «perdón» por el gesto en el anterior pleno mientras intervenía una procuradora socialista. «El único mérito que tiene es ser el caballo de Troya de la entrada de la extrema derecha en las instituciones de nuestro país», incidió Tudanca, quien afeó el jefe del Ejecutivo autonómico que «no» está «a la altura del cargo que ostenta ni de Castilla y León».

Si Tudanca se agarró al año de coalición de PP y Vox para recriminar que Mañueco «no» es moderado y esgrimió como prueba que «se avergüenzan de usted hasta en su propio partido» y aireando de nuevo momentos marcados por la polémica como el protocolo con medidas para embarazadas; el presidente de la Junta tiró de gestión para defenderse. «Si moderado es aplicar políticas eficaces y útiles en beneficio de Castilla y León, buscar el diálogo, yo soy moderado», recalcó. Pero, apostilló: «Si moderación es aguantar callado insultos y agravios, no lo soy».

«Que venga usted, siendo alumno aventajado del sanchismo a dar de lecciones de moderación... nos hemos quedado anonadados», replicó Mañueco, quien acusó de «sobreactuación» la intervención de Tudanca a la vez que puso en valor actuaciones como el acuerdo para la vuelta a las 35 horas semanales entre los funcionarios o el cheque bebé. Sin olvidarse de restregar que «lo que no es moderación es insultar a Castilla y León por parte de los ministros cuando vienen de turismo electoral» y cuestiones en clave nacional como la ley del 'sólo sí es sí' o «meter en la lucha partidaria un asunto de Comunidad como los incendios».

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Con clave electoral de fondo, Mañueco reconoció que «no» sabe si es «merecedor o no» del cargo, pero recordó que «es lo que han dicho las personas de Castilla y León». Y puntilla a mayores hacia el líder de la oposición: «Usted sí se merece estar donde está».

No fue al único a quien el también presidente del PP de Castilla y León restregó su peso político. Duro especialmente con Ángel Ceña, de Soria ¡Ya!. Si el portavoz de la formación soriana presumió de sus datos en las últimas elecciones autonómicas a la vez que espetó a Mañueco que los populares obtuvieron su «peor» resultado en esta provincia, el dirigente popular devolvió el ataque como un boomerang. «Son un partido abocado absolutamente a la inutilidad», replicó además de acusar a la formación surgida de una plataforma de haber decidido «dar la espalda» a los sorianos por no presentarse a las municipales.

Y de nuevo duelo dialéctico con aroma a esas parejas que rompieron yno pasan la fase del rencor: el de Mañueco y Francisco Igea (Ciudadanos). «Son ustedes un peligro para el futuro de este país», afirmó quien fuera vicepresidente en el anterior mandato, a quien el jefe del Ejecutivo afeó que parezca «no sentirse orgulloso» del Gobierno del que formó parte. «Del anterior, me siento orgulloso. Éste es diferente», replicó Igea después de que Mañueco defendiese que en Castilla y León se aplican medidas del Pacto Verde «mucho antes» de haberse aprobado en 2020. «Son la realidades que usted no quiso ver cuando estaba aquí y ahora tenemos que escucharlo», recriminó el presidente a quien fuera su número dos.

«La Junta de Castilla y León es un Gobierno que multiplica. Nosotros no nos dedicamos a restar ni dividir», respondió el portavoz, Carlos Fernández Carriedo, a Pablo Fernández (Podemos, partido del que también es portavoz nacional), a quien recomendó que «más le valdría aprender a sumar más rápido», en clara alusión a la falta de acuerdo de su partido con la plataforma liderada por Yolanda Diaz y después de escuchar el chorreo de críticas de Pablo Fernández: desde «auténtica cochiquera» para definir a las Cortes y al Ejecutivo autonómico, a «chabacano y soez» a Mañueco o «esperpento».