20D: cuando Mañueco pulsó el botón
Un año después de la abrupta ruptura del PP con Ciudadanos y la convocatoria de elecciones, está a punto de ver la luz el primer Presupuesto alumbrado con Vox
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Iniciar sesión«Hoy, 20 de diciembre, acabo de remodelar mi Gobierno. Con posterioridad, he firmado el Decreto de disolución de las Cortes de Castilla y León y la convocatoria de elecciones autonómicas para el día 13 de febrero de 2022». Con este tuit publicado a las ... nueve de la mañana en su perfil de Twitter, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, hacía saltar por los aires el Gobierno de coalición PP-Cs y citaba a los ciudadanos a las urnas. Un escenario inédito para Castilla y León en sus casi 40 años de autonomía. Nunca antes se había producido un adelanto electoral, en esta ocasión a mitad de legislatura, con una consecuencia para los años venideros como es que las elecciones municipales y autonómicas se separan y, a menos que se vuelva a producir otra disolución anticipada de las Cortes, la elección de procuradores y de alcaldes se producirá en días distintos.
El próximo martes se cumplirá un año de aquella mañana convulsa que pilló por sorpresa a todos, especialmente a los tres consejeros de Ciudadanos y más aún al entonces vicepresidente Francisco Igea. Y eso que hacía meses que se especulaba con la posibilidad de que Mañueco pulsará el botón electoral y diera por finiquitado el acuerdo con los naranjas. Sin embargo, si Igea insistía en negar esa opción, en público y en privado, el presidente de la Junta repetía una y otra vez que nada se movería mientras hubiera «estabilidad», un eufemismo más de la política.
En septiembre el «pacto estaba vivo»
El presidente del Ejecutivo autonómico afirmó en septiembre, al comenzar el curso político, que el pacto de gobierno con la formación naranja estaba «vivo». Varios meses antes, Mañueco e Igea hicieron un balance de los dos años de Gobierno en coalición en el que hablaron de «amistad y lealtad». Pero aquellos buenos propósitos no llegaron a Navidad, a pesar de que eran fechas para ello. Mañueco cortó por lo sano aquel lunes 20 de diciembre, dos días antes de que los Presupuestos de Castilla y León pasasen su último trámite en el Parlamento autonómico. Fue, precisamente, éste el desencadenante de la ruptura, al menos según las palabras con las que el presidente de la Junta justificó su decisión aquella mañana, durante la declaración institucional: «Es una traición dañina para esta tierra y para la igualdad de las personas. Con esta deslealtad, rompen el Pacto de Gobierno». Culpó así a Ciudadanos de haberle traicionado por pactar los presupuestos de 2022 con Por Ávila a sus «espaldas». Lo cierto es que desde hacía semanas el Gobierno de coalición buscaba el apoyo a las cuentas autonómicas del único procurador de Por Ávila, dado que sólo así podrían salir adelante, ya que PP y Cs habían perdido la mayoría tras la marcha de la bancada naranja de la procuradora María Montero.
Los abulenses habían puesto sobre la mesa una serie de inversiones para la provincia como condición para obtener su voto y después de una primera negociación capitaneada por el popular Raúl de la Hoz y que acabó como el rosario de la aurora, el vicepresidente Francisco Igea se hizo con las riendas para impulsar encuentros bilaterales con los abulenses, de los que, según él, siempre informó pero que, para Mañueco, se hicieron a sus espaldas.
Presupuestos: el supuesto acuerdo entre Por Ávila y PSOE
La puntilla, con tintes de conspiración, se produjo el fin de semana previo al desenlace cuando los populares, la número tres del PSCL y procuradora, Ana Sánchez, anunció el apoyo de los socialistas a las enmiendas presentadas por Por Ávila a los presupuestos. Ahí creyeron ver un primer paso que se completaría con el apoyo de procuradores de Cs a la moción de censura que sacaría a Mañueco de la Presidencia. Este arma legislativa estuvo durante el Gobierno PP-Cs sobrevolando el hemiciclo de las Cortes tras la salida de la procuradora de Ciudadanos y después de la que presentó y perdió el PSOE, pero que dejó en los populares el temor a una repetición. De hecho, las acusaciones de que Tudanca intentaba captar afines en la bancada naranja fueron una constante durante el final de la corta legislatura.
Por sorpresa: Igea se entera en un programa de radio
El líder de Ciudadanos en la Comunidad y vicepresidente negó la mayor cuando se enteró de su cese y de los otros tres consejeros de Cs en el momento en el que era entrevistado en un programa de radio. «Qué cojones piensa de la población de Castilla y León», fueron sus elocuentes e impulsivas primeras palabras para rechazar después cualquier movimiento contra el pacto y recordar, por contra, que «Mañueco me había dado su palabra, personalmente».
PP y Vox, «unidos en lo esencial»
Montse SerradorLa coalición exhibe «una salud como un roble» con sus primeras Cuentas, que llevan «el sello» de cada partido
Así que tras dos días de versiones, interpretaciones, ataques y descalificaciones, se puso en marcha el engranaje hacia el 13 de febrero en el que los castellano y leoneses volverían a elegir, en menos de dos años, a sus representantes en el Parlamento autonómico y, por ende, al Gobierno de Castilla y León. Para esa cita, el PP había conseguido «quemar» a su compañero de viaje, Ciudadanos, que, a través de la Consejería de Sanidad, en sus manos, y de la propia Vicepresidencia de Igea, salió de la pandemia muy desgastado. Entonces, el declive de la formación de Arrimadas ya era total, así que todo hacía prever que no era un rival a tener en cuenta, como sí lo había sido en 2019, cuando lograron 12 procuradores.
Ese fue uno de los elementos que animó a Mañueco a adelantar unas elecciones con las que aspiraba a repetir la hazaña de Isabel Díaz-Ayuso en Madrid y poder gobernar en solitario en Castilla y León. También ayudó el aval del entonces presidente del PP, Pablo Casado. Sin embargo, finalmente se quedó bastante lejos de esa aspiración al sumar dos procuradores más, hasta los 31, si bien los socialistas perdieron siete y bajaron a 28. Así que nuevamente hubo que buscar socio para formar gobierno. Ciudadanos pasó a la historia (sólo Igea logró mantener su escaño) y Vox entró en escena con sus trece procuradores. El 10 de marzo, con la constitución de las Cortes, se formalizó, no sin dificultades, el acuerdo de gobierno entre las dos formaciones. Un Ejecutivo PP-Vox que en sus ocho meses de existencia si algo ha dejado claro es que lo integran dos partidos con distintos principios y objetivos. La previsible aprobación este jueves y viernes, si no hay sustos de por medio, de los Presupuestos de 2023, los primeros del tándem, permitirá un periodo de cierta tranquilidad, a unos más que a otros. Antes, el 20, Mañueco celebrará la Navidad con los responsables de los medios de comunicación. Otra vez el 20D.
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