Un verano diferente

Aquí las vacaciones políticas empiezan tras el Consejo de Gobierno del jueves, aunque serán vacaciones a medias porque no habrá una desconexión total y así se lo ha pedido Mañueco a sus consejeros y a los miembros del partido, porque quiere que la organización eche el resto de cara a las elecciones de marzo del año que viene. Mañueco es muy consciente de que todos los votos son necesarios, que no se puede perder ni uno solo, porque de ello depende un gobierno monocolor tras las urnas, confiando que el tirón que tiene Vox a nivel nacional aquí no sea tal porque ya se vio su capacidad de gestión antes de que decidiera salir de la Junta.

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Luis Jaramillo

Vox espera todo lo contrario, que basta con sentarse a esperar a que Sánchez active más la polarización, para recoger votos como fruta madura, en una especie de círculo vicioso del que esperan rentabilidad las dos formaciones políticas. Pero el PSOE comete un error si lo fía al miedo a Vox. Aquí ya vimos que miedo, lo que se dice miedo, dan bastante poco. Lo que hicieron fue protagonizar salidas de tono e identificar con la izquierda todo lo que ellos no bendicen. Lo hemos vivido y no cambiarán de actitud.

El PSOE debe meditar este verano sobre que su punto de partida no es bueno, ya que le toca defender a un Gobierno que quiere romper la caja única, que prima a los territorios cuyas fuerzas le mantienen en el poder y lo que se dice apoyar los intereses regionales, bastante poco, y ahí está como prueba evidente la supresión de paradas del AVE en Sanabria, Medina y Segovia para contentar a Abel Caballero, bastión socialista en la región gallega. Carlos Martínez debe definir claramente sus intenciones como candidato y ponerse al frente de la defensa de los intereses regionales, porque de lo contrario, lo que viene será muy duro para él.