PUNTO DE VISTA

Lección ciudadana

Me quedo con la normalidad de la calle, porque con el Gobierno que tenemos, la normalidad informativa y la política son impensables

Una semana única

Dialogar es posible

ICAL

Me pilló el apagón del lunes en el Hospital Clínico de Valladolid y funcionaron tan bien las cosas allí que realmente nos enteramos de la situación porque a duras penas llegaban mensajes a nuestros móviles e internet no funcionaba bien. La normalidad que trasladaba la ... profesionalidad del personal médico y de enfermería hacía pensar que estábamos ante una incidencia puntual y muy temporal.

Salí a la calle y las terrazas estaban llenas, los semáforos apagados, había corrillos en torno a la radio -siempre la radio- de un coche con las puertas abiertas o alrededor de un transistor a pilas. No había histerias, orden en la circulación de coches y de peatones. Muchas sirenas de bomberos que iban de un lado a otro para rescatar a los atrapados en los ascensores y colas en algunos supermercados. Los ciudadanos de Castilla y León y los de toda España mostraron ayer su mejor cara de civismo y solidaridad. Supieron, una vez más, demostrar que saben estar a la altura de las circunstancias, cuando esas circunstancias nos sorprenden y nos asustan. El estado funcionó, aunque no lo hiciera el Gobierno. Las Comunidades Autónomas se pusieron a lo suyo y las instituciones locales y provinciales se volcaron en el interés general. Un diez para los empleados públicos que ayudaron, apoyaron, informaron y se volcaron en trasladar tranquilidad. Todo ello en un lamentable estado de apagón informativo que desde el Gobierno central se impuso y que se rompió, para no decir nada, en la comparecencia de Sánchez seis horas más tarde de que se fuera la luz y se perdieran inexplicablemente 15 millones de Gigawatios.

Y ahí seguimos, sin saber nada o casi nada, sin nuevos datos y, lo que es más lamentable, con un Gobierno empeñado en un relato que le salve la cara, interesado en crear dudas sobre los operadores privados para tapar su propia incapacidad y que nada dice de las advertencias que ahora sabemos que se habían hecho semanas y meses atrás, sobre la precariedad en nuestro sistema energético. Sánchez está ahora en el barrizal en el que tan bien se mueve: confrontar con la oposición (es más fácil hablar con Zelesnki que con Feijóo) o en demonizar la nuclear para no generar más problemas con los socios de gobierno. Me quedo con la respuesta ciudadana, con la normalidad de la calle, porque con el Gobierno que tenemos, la normalidad informativa y la política son impensables.

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