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ruido blanco

Viaje a la soledad

Dicen que la felicidad es incluso olvidarse de desear lo ajeno

Mala amante la fama

La bicicleta del progre

f. simón
Jorge Francés

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Uno empieza a darse cuenta de que pasan los años cuando cada vez más a menudo siente la urgencia de refugiarse del mundo. El refugio de Virginia Wolf eran sus libros, el mar y la soledad. Aquí en la vieja Castilla mesetaria el único mar ... es de campos pero igual de infinito, igual de profundo y del mismo modo mecido por el viento o azotado por las tempestades. Cada vez me descubro más noches arropado por aquellos libros que forjaron el carácter, que permitieron viajar en el tiempo y el espacio cuando la juventud empujaba a huir de manera irremediable. Páginas que fueron y son mantas toledanas contra la gélida intemperie. Y la soledad. Aquella sombra fúnebre que olía a la desesperación del vencido por el fracaso y antes detestaba ahora es una habitación pequeña, cómoda y caldeada.

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