Por mi vereda
Mucho más que un órgano barroco
La Historia fue generosa con nosotros, de manera que atesoramos una riqueza monumental tan ingente que resulta harto difícil de mantener
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa suerte de poseer gran parte del patrimonio cultural español pesa también para Castilla y León como una losa. O un sillar bien labrado, calizo o granítico, como prefieran. La Historia fue generosa con nosotros, de manera que atesoramos una riqueza monumental tan ingente que ... resulta harto difícil de mantener. Ya se sabe: las fincas pequeñas, a menudo, suelen ser más feraces y rentables que los latifundios, tanto por la superficie como por los cuidados que prodiga el agricultor. Las viviendas recogidas y funcionales son mucho más acogedoras que los señoriales palacios y las casonas solariegas, que no hay Dios que logre calentar en estos días de niebla, sin olvidar las goteras, humedades y esas corrientes que se cuelan por las ventanas.
Hasta la Casa de Alba tuvo que ponerse manos a la obra en la imprescindible empresa de gestionar su vasto patrimonio, dentro de un concepto moderno que trató de impulsar el segundo marido de Cayetana, el ex jesuita Jesús Aguirre, empeñado en reducir al mínimo las cuantiosas pérdidas que supone conservar correctamente los bienes y las obras de arte. A veces, esta convicción mueve a nuestra fagocitada sociedad civil que sale un poquito de su letargo, sensibilizada con causas admirables que cosechan apoyos. Así ha ocurrido en el municipio segoviano de Escalona del Prado, donde los vecinos siguen adelante con la recuperación del órgano barroco de su parroquia de San Zoilo. Un instrumento que data del año 1785 y que como todos los de factura ibérica de la época destaca por la alineación de sus tubos verticales a modo de trompetería en batalla, una particularidad que confirma su valor para emitir sonidos muy diferentes, es decir, una 'orquesta concentrada'.
Hasta la fecha, numerosos voluntarios agrupados en una asociación han realizado la primera fase de los trabajos, bajo la dirección técnica desinteresada del organista Rossend Aymí. La limpieza y restauración de más de 300 tubos –en su mayoría de una aleación de plomo y estaños y los restantes de madera–, junto a su afinado, un nuevo fuelle, el equilibrado del teclado y un silencioso compresor eléctrico han permitido al órgano recuperar el 60 por ciento de su capacidad. Ahora, ha de afrontar una segunda fase más compleja en un taller artesanal, para reponer los tubos en peor estado y acometer la reparación del secreto o cámara de distribución del aire. El presupuesto supera los 50.000 euros y, a través de una campaña de micromecenazgo de Hispania Nostra, ya se han reunido casi la quinta parte. En lo económico, va quedando menos. En términos cualitativos, los ciudadanos dado toda una lección de compromiso con la cultura, la historia y su propia identidad como pueblo. Es mucho más que un órgano para acompañar la liturgia o ser utilizado en conciertos: una ilusión compartida por los hijos de la localidad al margen del dinero público. Ole por ellos.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete