buenos días, vietnam
Esperando a los bárbaros
Nos gusta más la vida y la carne que vivir contemplado la gracia de Dios
Alcanzar las procesiones con las manos
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Iniciar sesiónAhora que Dios ha resucitado por los hombres, incluido Nietzche. Y que ha resucitado la vida, que es lo que queda después de la Pasión, Muerte y Resurrección, eternidad que dura solamente una semana. Junto a Dios ha resucitado este veranillo de todos los santos ... que cogen vacaciones hasta Navidad. Hoy, que ha resucitado lo cotidiano y trasciende. Hoy, resurrección de la carne y mañana Dios dirá.
El agua está fría todavía, pero fuera es casi junio. Y todas las vírgenes descansan porque ya han dejado colocado al hijo a la derecha de Dios, que es casi tan interesante como sacar plaza de funcionario o incluso mejor porque no se rige por trienios. En esta tarde extraña de un verano que aún no ha empezado, pero que ya es todo nuestro porque con tinto y limón se hace el verano. Las bicicletas y los tintos con burbujas son para el verano.
Y hay quien todo esto lo ve «fe-no-me-nal».
Por ahora resucitamos, como Dios este domingo. Resucitamos de todas las resacas y de las tardes alegres hasta el amanecer, de las botellas de manzanilla vacías, de las sábanas blancas, de los días sin medida y las madrugadas sin final. Resucitamos de todo porque todavía estamos en la edad.
Revivimos porque estamos hechos para la resurrección. Nos gusta más la vida y la carne que vivir contemplado la gracia de Dios.
Resucitamos para escribir y contar que hemos vuelto del otro lado, aunque más allá no encontremos el paraíso, ni la tierra prometida, y sólo atestigüemos guerras lejanas, megalómanos, tiranos, heridos, cadáveres, huérfanos y demócratas asintomático. Y todavía más acá los restos descompuestos de la civilización occidental. Porque los bárbaros no están muertos, están fuera o dentro de las fronteras y los nuestros han entrado ya hasta la cocina. Los mismos que quieren acabar con lo que queda de Grecia y de Roma, que es un mar, una columna, un foro, el vino y la democracia. Nuestra democracia cualquier tarde estás nos da la sorpresa y le da por resucitar.
Y a nosotros no nos queda más que confiar en la Resurrección mientras España vuelven a ser dos: los que quieren resucitar a Dios y los que quieren que muera para que vuelva a ser Semana Santa otra vez. Y yo estoy partido por la mitad porque me olvidado del Dios del madero, del de la cruz del Viernes Santo, ahora que ya es domingo, para buscarlo –con Machado o sin él– en la mar.
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