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BUENOS DÍAS, VIETNAM

Aquellas pequeñas cosas

La mayoría de los candidatos que conozco escuchan electoralmente, esto es: no distinguen palabras, sólo ven sobres caer

La vallisoletana iglesia de La Antigua, de noche Wikimedia Commons
Guillermo Garabito

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Para ser alcalde yo mandaba a todos los candidatos nerviosos por el 28 de mayo a presidir una comunidad de vecinos, cuanto más pequeña mejor. De esas donde no ocurre nada, nunca se estropea el ascensor y las reuniones, cada seis meses, son una formalidad ... para comprobar que todos siguen vivos e inventarse problemas como El Quijote se inventaba pasiones para ejercitarse. Y ya bregados, a la vuelta de un Vietnam de escaleras, felpudos y geranios, les dejaba un ayuntamiento como quien pone en sus manos un fusil. Hasta entonces nadie está maduro ni capacitado para gobernar. Ser alcalde, incluso de Madrid, no tiene que ver tanto con el presupuesto que se tiene, que para eso existe un concejal de Hacienda, sino con entender la ciudad. A diferencia de esos candidatos en la oposición que prometen darle un giro de trescientos sesenta grados cuando gobiernen… Puede que nadie les haya explicado que eso es volver a dejarlo todo igual, o es que tal vez son más listos de lo que pensábamos.

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